Está es la historia de un jovencito de 17 año, que tenía un sueño, el cual era ir al mundo del anime y manga y tener su propio harem. ¿Lo logrará o mordida en el intento?.
Me encontraba caminando junto a Ai-chan, la cual no paraba de hacerme preguntas un poco extrañas.
Ai-chan: dime...¿tu eres un hombre, verdad?.- pregunto curiosa.
Yuto: pues sí, eso dice mí acta de nacimiento.
Ai-chan: entonces tú tienes un...pene.
Yuto: si..
No sabía porque está dulce chica me estaba preguntando estás cosas, pero al igual que una historia de terror no le di importancia.
Estuvimos una hora caminando hasta llegar al mejor lugar del mundo.
Ai-chan: se bienvenido al cuartel general de la Paz.
Yuto: ¿de la Paz?.
Ai-chan: deja de te lo explique.. hace mucho tiempo este mundo era un lugar lleno de paz y tranquilidad hasta que un día, todo cambio.. la gente fue infectara con un virus que los convertía en criaturas que en lo único que pensaban era en comer... carne humana.
Eso explicaba la ciudad de antes, pero si se supone que ahí monstruos en la calle, porque no me encontré con ninguno.
Ai-chan: luego de eso toda la humanidad estuvo en problemas, hasta que llegó la general oppai. Gracias a ella logramos sobrevivir... pero no pudimos rescatar algo muy importante...a los hombres.- eso lo dijo mientras me miraba.
Yuto: eso significa que...yo soy el único hombre. Estoy tan feliz.
Ai-chan: no se porque alguien estaría feliz por eso, pero está bien. Ven te voy a mostrar el lugar.
Ella me llevo a un gran edificio de colo azul, entramos y era como el paraíso, todo era muy tecnológico había holograma, computadoras gigantes, y muchas más cosas. Tampoco podíamos olvidarnos de las hermosas chicas que había.
Yuto: estoy en el cielo.
Ai-chan: es genial, ahora quédate aquí, yo voy a llamar a la general.- ella rápidamente se fue, dejándome solo.
Yuto: es increíble que mí maquina hubiera funcionado.- dije muy feliz, finalmente algo me salía bien.
Mí curioso no pudo aguantar más, así decidí dar un pequeño paseo por las instalaciones.
Era un lugar gigantesco, parecía un enorme centro comercial. Había tiendas de comida, de ropa había un cine, era genial. Mientras caminaba no pude evitar ver, qué todas las mujeres del lugar me veían, me sentía muy incómodo.
???: Disculpa, quien eres.- dijo una mujer de pelo blanco y pechos gigantes.
Yuto: no puede ser, tu eres Tsuki Uzaki , la madre de Hana Uzaki.
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Tsuki: ¿me conoces, y a mí hija?.
Yuto: claro que sí, yo siempre Soñé con verte.- dije muy feliz.
Pero parece que Tsuki, no entendía nada de lo que hablaba.
Tsuki: tu....¿eres un hombre verdad?.
Yuto: claro que sí.- dije sonriendo.
Tsubaki: entiendo... podrías seguirme un momento.
Yuto: descuerdo.
Ambos empezamos a caminar por los enorme pasillos de la instalación, no sabía que quería Tsuki conmigo, pero seguro era para ayudar en algo. Tuvimos que tomar una especie de asesor, el cual era completamente de cristal. Era genial. Llegamos al piso 50 de la instalación, y empezamos a caminar derecho.
Tsuki: llegamos.
Habíamos llegado a un tipo de Cuarto, al parecer era de Tsuki.
Yuto: bien, ¿porque me trajiste aquí?.- pregunté, pero rápidamente la mujer de pelo blanco se abanlamso sobre mí, y empezó a besarme.
Yuto: pero que...
Tsuki: hace mucho que no veo a un hombre, mí cuerpo me pide todos los días sexo, pero nunca lo pude conseguir... hasta ahora.- dijo lamiéndose los labios.
Yuto: señora Tsuki, piense en lo que va hacer.- dije nervioso.
Tsuki: no te preocupe, yo me encargaré de todo.- Dijo para luego empezar a quitarse su camiseta, dejando expuestos sus grandes pechos.- puedes hacer lo que tú quieras con ellos.
La lujuria no me dejaba pensar, lo único que puedo hacer era sujetar con mis manos, aquellos pechos gigantes.
