2

1.6K 128 88
                                    

Se tensó al darse cuenta lo que estaba haciendo, inconscientemente bajó su mano a su entrepierna que ya estaba bastante dura. Iba a matar a su hermana, ¿cómo se le ocurre mandarle eso? ¿no sabe acaso que es un pibe sensible?

Apartó su mano y apretó su celular, hacían dos grados bajo cero, apenas había empezado el invierno, ni loco se bañaba con agua fría, le iba a dar una hipotermia tremenda. Hacerse una paja nunca fue mala opción.

Se levantó con incomodidad y le puso seguro a la puerta, estaba de vacaciones y fue a visitar a su familia, mirá si su mamá entraba, le lleva a la iglesia a pedirle a Dios que lo perdone.

Al cabo que yo ni quería una mamá católica.

Suspiró y bajó su pantalón junto a su ropa interior, llevando su mano a su entrepierna y comenzando un vaivén lento que fue aumentando de intensidad conforme pasaban los segundos.

Intentó concentrarse, quiso pensar en la modelo que se tiró en París, la rubia de ojos verdes, que tenía un cuerpo buenísimo y era excelente en la cama. Pero lo único que pasaba por su cabeza era los ojos, la sonrisa y el cuerpo, de Giovanni..

—Lean —dijo su mamá golpeando la puerta, asustandolo— tu amigo está acá, abrí la puerta.

Al asustarse, todo rastro de excitación se esfumó, se acomodó la ropa y se paró rápidamente para abrir la puerta. ¿Quién será? El único que conoce su casa es..

—Te interrumpí pícaro —sonrió el menor.

(…)

—¿Qué haces acá? —preguntó el mayor sentándose en su cama.

—Viajé como tres horas hasta acá ¿Y así me recibís? —puso una mano en su pecho fingiendo indignación— ¿No me vas a preguntar si necesito algo?

—¿Necesitas algo?

—Una chocolatada, bien calentita, me congelé esperando el colectivo Lean —dijo con un puchero.

Leandro negó con la cabeza y suspiró, se le hacía demasiado raro verlo después de hacerse una paja en su honor. No tenía idea de que leer te transportaba al otro mundo, era como si estuvieras viendo el momento, es casi una..

—¿Qué pensas tanto? —preguntó, acariciándole el cuello

—En vos —soltó de la nada.

Al darse cuenta de lo que dijo abrió los ojos grandemente y comenzó a balbucear, ¿cómo le explicaba ahora? no quería decirle la verdad, pero que le acariciara el cuello lo desconcentró y terminó confesándose. 

—Bueno —sonrió— se nota que te afecta el frío.

—Sabes que prefiero el verano —susurró Leandro con los cachetes colorados.

—No tengas vergüenza — se dirigió a la puerta— es normal eso cuando sos virgen —soltó una risa saliendo de la habitación.

—¡Giovanni!

Wattpad //Leandro Paredes & Giovanni Lo Celso//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora