1

4 1 0
                                    

-¿A dónde vamos?- pregunté a la persona frente a la que intentaba desesperadamente seguirle el ritmo.

-Hay que apurarnos ya es tarde tu solo camina- respondió sin dejar de darme la espalda. Su voz no me era familiar, mientras le seguí podía notar como su figura se iba deformando cuando parpadeaba pasaba de ser un hombre robusto a una mujer delgada o de un anciano o a un infante.

El escenario ciertamente era extraño mientras que el paisaje que divisaba a la lejanía cambiaba las personas a mi alrededor parecían duplicarse en un cerra y abrir de ojos.

Solo bastó un poco para darme cuenta que camina sobre un punte uno lleno de personas que comenzaban a alejarme de aquella persona.

Abruptamente todo el mundo paro incluyendo a la persona que estaba siguiendo.
Gire a mirar donde estaba y mire como aquel tumulto de personas había desaparecido solo quedamos yo y la misteriosa persona.

-Toma mi mano y deja de separarte de mi ya es tarde, vamos tarde- dijo sin dejar de mirar al frente, cuando intenté tomar su mano por inercia me tomé de un pequeño trozo de la tela con la que vestía.

Mi cabeza estaba agachada cuando le tomé de su prenda y en cuanto subí la mirada solo colgaba la prenda de mis dedos, me encontraba solo en aquel puente que parecía haberse vuelto más pequeño.

Consciente de lo sucedido el miedo comenzaba a hacerse presente en mi inconsciente, quien lo noto y decidió derrumbar el puente mientras yo aún estaba en el.

Comenzé a caer...no podía mirar el suelo, solo caía, parecía durar una eternidad hasta que por fin lo vi yo estaba de espaldas a él pero lo vi el firme concreto esperándome.
En ese momento pude entender que estaba soñando sabía que debía despertar pero no podía...no podía despertar.

En cuanto mi conciencia despertó mi caída se volvió aún más rápida esperaba despertar antes de estrellarme.

Pero no fue así me estrelle contra el concreto sintiendo como todo mi cuerpo se quebraba por la caída, como mi piel se volvía uno con el pavimento, mi columna hacerse pedazos y sentir como mi costillas se rompían con tal magnitud que aplastaba mis órganos

Desperté envuelto en sudor frío y con un fuerte palpitar de mi corazón, un miedo inexplicable que me mantenía sudando y temblando en mi cama, recordaba el dolor de esa escena por el palpitar que se hacía presencia en mi espalda.
Me levanté rápidamente al baño a vomitar mientras leves lágrimas salían de mis ojos el cuerpo me ardía decidí buscar huellas en el, me quita la camisa para ver el horror que se ocultaba bajo de la misma.

Mi espalda estaba totalmente morada, mis brazos tenían leves hematomas y de mi nariz se lograba observar la sangre que había comenzado a brotar.

La magnitud de esa escena me llevo a volver a vomitar y ver mi sangre salir por mi nariz, sentir el dolor intenso que mi cuerpo dejo de ocultar para solo preguntarme al volver a mirar las heridas.

De verdad lo soñé?

Los sueños que me aterranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora