Capitulo 10. Declive

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—Bill... Si aceptó el trato, ¿Mi ojo volverá a su color original?—Preguntó la chica de repente.

Se sintió un poco nerviosa cuando el demonio volteó su cabeza 90 grados para mirarla, ignorando el programa de televisión que hace segundos miraba con sumo interés.

—Es una buena pregunta.—Dijo sonriente para después fruncir el entrecejo.

Dado el acontecimiento de la noche anterior tenia sus dudas. El poder oculto de la chica le impedía hacer algunos trucos con su magia y no estaba seguro que podía y que no podía hacer.

Tenía una pizca de curiosidad por saber, pero mantenía a la chica en la ignorancia en ese tema. Su mentalidad no era la misma y podía echar a perder su trato en proceso.

Sin embargo, olvidaba que la ojiazul tenía un sentido de la intuición mas desarrollado del promedio.

El sonido del celular captó la atención de la muchacha, era un mensaje del repartidor.

La motocicleta que conducía se averió a una calle de la casa y no podia moverse hasta que llegaran a recoger el vehiculo, por lo que tardaría un poco mas en llegar.

Sin restarle importancia la chica pidió la dirección para ir a recoger la comida por su cuenta.

El repartidor de disculpó con ella debido a las molestias e imprevistos mientras le entregaba la bolsa con los alimentos, la pelinegra le restó importancia, caminando de regreso a su casa.

Por unos instantes, detuvo su caminar, sorprendiendose al encontrarse en un gran bosque cubierto de nieve, observando asombrada el lugar. Después, parpadeó y se encontraba de nuevo en la acera, a unos metros de la entrada a su casa.

Confundida, siguió su camino sin ser consciente que, detrás de ella, una presencía la observaba en silencio.

El demonio rubio chasqueó los dedos y regresó a la sala, cómo si nunca se hubiese movido de ahi.

**

Después del incidente, los dias posteriores la azabeche pidió al ente demoniaco tomar su mano mientras dormía, pensando que esa acción detendría las lágrimas... Extrañamente estuvo en lo correcto y Bill, a pesar de la incómoda sensación que surgía en su interior aceptó. Todo sea para ganar la confianza de la humana y sellar el trato.

Por su parte, Nue no podía estar mas feliz, si bien no salía pese a estar en vacaciones, se había conseguido un muy bien maestro de cocina, además de acercarse un poco mas a su madre, llegando a compartir comida juntas luego de mucho tiempo, comidas que ella hacía con mucho entusiasmo, llegando a mostrar una que otra sonrisa rompiendo esa inexpresiva expresión que siempre tenia.

—El ajo y la cebolla para esta comida tienes que cortarlos al punto de que parezca que los estas machacando. —Comentó el rubio mientras veía el contenido de la olla. —Hay que añadirlo a la carne para sazonarla.

—De acuerdo. 

El humor entre ambos era muy ameno, si algun ser los viera, parecerían una pareja que prepara juntos el almuerzo, como en una escena de alguna pelicula o serie, y cuando el demonio pensó en eso su mente quedó en blanco.

Tal atmosfera, su comportamiento y el trato hacia esa humana, no era algo propio de su caotica forme de ser.

"Estúpido Axoloth" Maldijo en sus pensamientos al ente cosmico que lo salvó de la inexistencia. Creyendo que esos cambios anormales se debían a un poder externo que impusieron sobre él. 

Abdorto en su mente, no notaba la mirada extrañada de la chica o como balanceaba un cucharon frente a su rostro, tratando de regresarlo a la realidad.

No fue hasta que tocó su mejilla con su indice izquierdo que el rubio dio un salto hacia atrás, siseando como un gato uraño y mostrando sus ojos rasgados.

"Lindo..." Pensó ella sin mostrar expresion alguna en su rostro.

—Ya puse la ultima capa de pasta. —Mostro el refractario rectandular lleno. —Hay que ponerlo en el horno, pero no recuerdo durante cuanto tiempo y a que temperatura... ¿Estás bien?

A Bill le tomó un tiempo procesar sus pensamientos y las palabras de la ojiazul, seguía con una mano en la mejilla y las pupilas rasgadas cuan felino en alerta. Finalmente recuperó su compostura y él mismo terminó preparando el horno, el temporalizador en el telefono de la chica e hizo aparecer una bolsa de gomitas antes de irse a la sala levitando, diciendo que quería ver algo entretenido.

Puso un programa mostrando maneras absurdas de morir.

Sus fuertes carcajadas se escuchaban en toda la casa, tambien una que otra tos por estarse atragantando con los dulces mientras reía, pero no preocupada a la chica pues era conciente que ese demonio no moriría tan fácil.

Mientras esperaba en la cocina, la azabache limpió los utensilios que se usaron sin apurarse, tomando su tiempo y sonriendo levemente viendo el diseño del mandil de cocina que tenía puesto.

Sin haber esta mañana la tipica nota sobre su progenitora trabajando horas extra, resistió el hambre un par de horas, esperando por ella para comer juntas. Ofreció una porción al demonio, pero él se negó y desapareció del lugar con la excusa de que tenía que ir a un lugar.

—Volveré mas tarde, nuecesilla. —Fueron las palabras que dijo antes de irse.

El corazón de la chica latió desbocado al escuchar la puerta abrirse, su madre había llegado, sus pasos se dirigian a la cocina.

Lo primero que vio, fue a su hija sirviendo un plato, sonriendole con el rostro levemente colorado.

—Hice lasaña, ¿comemos juntas?

No que no esperaba, fue que tanto la bolsa, como el juego de llaves que la mujer llevaba en manos, cayeran al suelo con un ruido sordo.

Nue vio como su madre la miraba en trance y después bajaba la mirada al mandil de cocina que ella tenia puesto.

—... —Los ojos de su progenitora se cristalizaron, presagio de lágrimas.

—Ma...

—Perdon, yo... No me siento bien. —La interrumpió y se alejó de ahi.

Mordiendo su labio inferior, llevó un pedazo de comida a su boca para luego poner su mano sobre esta evitando vomitar cuando su estomago dio un tiron.

Una solitaria lagrima cayó sobre la tela del mandil de cocina. Guardó todo en silencio, especialmente la prenda, y regresó a su habitación.

Pensó, por un momento, que a su madre no le importaría usarlo... Era de su padre despues de todo.

Ese fue el problema, pensar que alguna vez, la vida le sonreiría de nuevo.

Dream's eater ||Actualizaciones Lentas||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora