🌸💮Paint Me💮🌸 (Nezuko x Tú) 🌈Yᴜʀɪ🌈 [PAUSADA]

🌫️◽Blanco 2/2◽🌫️

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Blanco, antes de conocerte estaba en blanco como un lienzo.

Estaba solo pero mis días eran siempre tranquilos.

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Edad de Rengoku: 12.

Edad de Tomioka: 13.

— Y este es el comedor — dijo la monja anciana — aquí comen los niños, y se sientan por edades —.

— ¿No deja que se sienten con quienes se llevan bien? — cuestionó el azabache —.

— En el patio de juegos y en las actividades recreativas pueden estar con quien quieran, pero en los salones, el comedor y las habitaciones deben de tener cierto orden — explicó —.

Esa mujer no era mala ni mucho menos un demonio, solamente era un tanto ordenada y perfeccionista. Pero eso no quitaba el hecho de que todo el orfanato tenía rastros recientes de demonios, parecía ser que la líder y dueña del lugar no tenía ni idea de que posiblemente éstos ya estaban mezclados entre el personal, o entre los niños.

— Disculpe, ¿Podría mostrarnos los reportes de los niños desaparecidos? — cuestionó el rubio —.

— Por supuesto, los tengo en mi oficina, síganme — comenzó a caminar con calma —.

Ambos jóvenes obedecieron y la siguieron. Con Giyū hasta atrás y analizando todo el lugar hasta que su concentración se rompió por un impacto en su espalda, se dió la vuelta y vió a un niño pequeño de unos cuatro años.

— ¿Necesitas ayuda? — preguntó y se agachó para quedar más a su altura —.

El pequeño lo observó unos momentos mientras que sus ojos se llenaban de lágrimas hasta empezar a llorar, el rostro inexpresivo y la voz tan fría del cazador lo habían asustado.

— E-espera, no quería hacerte llorar — trató de corregir su error — ¿Estás bien?, Tal vez te dolió chocarte conmigo —.

Entonces el niño comenzó a llorar con más intensidad y salió corriendo mientras gritaba una y otra vez "nee-san". Giyū se quedó estático y apenado, pero para su fortuna no había nadie alrededor, y con quienes iba ya se habían adelantado lo suficiente como para ver la escena.

— <<"Todo el mundo te odia">> — la voz de Shinobu resonó en su cabeza, comenzando a deprimirlo — <<nadie me odia>> — se defendió ante una ineccistente Kōchō y se incorporó para volver a seguir a la monja —.