03. Isegnamenti.

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Enseñanzas. 

Al final tuve que quedarme unas dos semanas en el hospital más. Los chicos venían a verme constantemente, menos Yamamoto y Gokudera que complican con su castigo. Tampoco vino Kyoko a lo que onni-san y Hana se disculpaban cada vez que venían. Pero creo que es lo mejor para ver por completo como es Kyoko.

Pero aun así todavía quería ver a los chicos. No puedo esperar para verlos...

En mi tiempo en el hospital escuchaba de Chrome las torturas que les hacía hacer Reborn a los chicos, alegando que se lo merecían por incumplir las normas y porque no podían seguir siendo tan débiles. Los enemigos futuros no siempre serán tan fáciles como los que venimos enfrentando hasta ahora, habrá quienes usen trucos peores para hacer débil a Vongola, débiles a la décima generación.

- ¿Qué piensa hacer boss? – me preguntó seria Chrome.

- No entiendo a lo que te refieres Chrome. – le dije con duda, hay muchos aspectos en mi vida que estoy pensando en cambiar.

- A lo del entrenamiento de Reborn-san.

- Está en lo cierto, necesitamos mejorar, no podemos esperar a que maten a alguno de nosotros para darnos cuenta de lo que tendríamos que haber hecho al principio. No quiero arrepentirme en el futuro por lo que puedo hacer hoy. – conteste serio a Chrome, no quiero perder a ninguno y mucho menos por culpa mía.

- Entiendo. – dijo sonriente Chrome. – Entonces le pido permiso para ir a Italia con la arcobaleno de la niebla para que me entrene.

- ¿Estas segura? Sabes que Reborn también puede entrenarte como al resto.

- No te preocupes, ella es la única capaz de hacerme mejorar. Mukuro-sama también está de acuerdo con mi decisión.

- Entonces está bien, si necesitas cualquier cosa o quieres volver tu solo dilo y tendré todo preparado, no te sientas obligada a nada y sobre todo diviértete que hay experiencias que solo se hacen una vez en la vida. – le dije mientras sonreía ante su determinación.

Seguimos hablando un poco de cómo le va a los chicos en general. Onni-san está centrado en el boxeo, diciendo que quiere llegar a ser mucho más fuerte y Colonello lo está entrenando mientras se queda aquí. Hana controla a Kyoko, quien, por cierto, está muy enfadada conmigo porque su hermano se está dedicando, con muchas más ganas, al boxeo. Una gotita cayó por mi frente, es cierto que onni-san se está esforzando aún más por mí pero también es cierto que el boxeo es su pasión y no le veo como una persona que haga algo que no le gusta. Me iba a contar sobre Hibari-san quien ha estado actuando un poco extraño persiguiendo a Dino-san por todos lados para pelear con él, cuando una cabeza rubia pasar corriendo y tirándose encima mía.

- ¡Tsuna controla a tu guardián! – dijo afligido Dino-san.

- Dino-san duele. – dije quejándome por las heridas y la reciente embestida.

- Lo siento Tsuna. – se levantó inmediatamente tras mi quejido, pero se sentó a mi lado y siguió manteniendo cara de súplica.

- Vuelve a Italia, no creo que te siga hasta allí dejando a su amada Nanimori.

- ¡Eres un genio Tsuna! Le informaré a Reborn que volveré a Italia por asuntos de la famiglia. Por cierto te he traído una cesta de fruta. – dijo mientras Romario entraba a mi cuarto.

- Buenas tardes joven Vongola. – dijo mientras dejaba la cesta en la mesilla de la cama.

- Buenas tardes, Romario, gracias a los dos por la cesta. – sonreí en respuesta por su detalle.

- ¡Eres un ángel! – gritó Dino-san mientras se lanzaba a abrazarme y a restregar su mejilla contra la mía.

- C-chrome a-ayuda. – susurré mientras extendía la mano suplicando por ayuda. Menos mal que le lanzó una ilusión y salió corriendo por la puerta.

La sombra de la tiranía (805927)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora