Solo

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Y entonces... entra MM. Echaba humo por las orejas.

*2 días antes, el sábado*

¿MM, tío, que te ha dicho?

"No me ha contestado, es un cagado, se va a enterar el lunes. "

*Vuelta al ahora*

Me mira, se ríe y se sienta detrás de mí, ya que es su sitio asignado.

Escucho un pequeño susurro que me dice "¿Así que no ehh?" y siento que algo me roza la espalda. Era un boli, que me había hecho algo de daño, pero no lo suficiente para que me moviera de dolor.

Termina la clase y vamos al recreo, yo con mis mejores amigos para contarle lo que ma había pasado con MM, pensando que iba a quedar en eso. Pero no era así.

"Ehhhh que pasa" Escucho detrás de mí.

Por supuesto que era él, lo reconocí por su repelente voz que ponía para parecer un malote delante de sus amigos, pero la verdad era otra distinta, porque era como la luna, que tiene dos caras, 1 era la que sus amigos veían, la del malote que pega a los demás, el que tiene una moto, el que le da igual estudiar...

Y luego la otra cara, la oscura, era la que por las noches en su abitación se pregunta que culpa tiene él de aquel accidente, esa cara en la que llora por las noches por saber que aunque parezca que le da igual las notas, tiene envidia de los niños que las sacan, que tiene envidia porque él no puede cambiar su estatus de clase por supuesto.

No va a pasar de malote a empollón. Esa es su otra cara.



El niño con superpoderesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora