Capítulo 4: Respuestas

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Terminamos de comer y pronto llegó una chica a la que no conocía a levantar la mesa y Damián le pido que por favor llamara a Ruth.

Ruth llegó casi de inmediato y Damián le pidió a Ruth que reuniera a todos los empleados de la casa.
Todos se reunieron en una fila, la primera era Ruth después de ella dos mujeres más jóvenes una de aproximadamente 20 años y otra de unos 25 ambas vestían con uniformes de servicio doméstico y después estaban dos hombres uno joven de aproximadamente 25 años y otro ya mayor más o menos de la edad de Ruth.
Damián me tomo de la cintura haciéndome caminar con el y me presento.

— Ella es Mariana mi esposa. De hoy en adelante es la que manda y lo que ella pida lo harán — al escuchar la palabra esposa no pude evitar pensar como es que mi madre me había robado mi juventud casandome con este hombre—Mariana — se dirigió a mi interrumpiendo mis pensamientos— Ven te voy a presentar. Mira ella es Ruth mi nana, la persona de mi más alta confianza en la casa, con ella te puedes poner de acuerdo con lo de la casa comidas, decoración lo que quieras, ellas son Laura y Jimena ellas le ayudan a Ruth y ellos son Emiliano el jardinero y Leo el chófer el te llevará a dónde quieras—  yo solo asentí con la cabeza ya que mi cuerpo estaba ahí pero no mi mente.

Después de saludarme amablemente excepto Laura que lo hizo por obligación todos se retiraron.
Damián continúo con un recorrido por su enorme casa . Primero me mostró el comedor tenía una mesa grande de cristal y sus sillas color gris, luego el desayunador con una pequeña mesa para cuatro personas todo en tonos color naranja, tenía de vista la gran alberca , su estancia con alberca era muy bonita, su cocina tenía de todo, pasamos por un gran pasillo y entramos a su despacho.

— Mira este es mi despacho, pero aquí nadie entra solo Ruth para hacer aseó así que nunca entres aquí— su despacho tenía un gran escritorio de caoba,  demasiados libros, tenía un cuadro con una linda mujer de cabello castaño, piel de marfil, ojos marrones parecidos a los de el.

— ¿Si no quieres que entre aquí por qué me lo muestra?— pregunté sin pensar o mejor dicho pensé en voz alta.

— Pues quiero que te sientas libre de estar en esta casa aunque tienes razón— sonrió suave.

Luego me enseñó su biblioteca era grande y ahí tenía más libros <<Carajo acaso este hombre leía mucho>> de allí se veía el jardín de enfrente, me mostró un mini cine, pasamos a la segunda planta sus escaleras eran muy bonitas de el techo colgaban grandes esferas de cristal, en el segundo piso había puras habitaciones la de Damián era la primera a lado derecho de las escaleras me la mostró era grande y espaciosa en su buró tenía fotos, no alcance, a ver quiénes eran. Toda su habitación era de tomos azules y grises, tenía una terraza con una linda vista hacia los jardines de enfrente.

— ¿Y como tu mujer debo dormir aqui contigo? — el con una sonrisa me pidió que lo acompañara.

Pasamos al cuarto de enfrente, me pidió cerrar mis ojos, yo le obedecí, y cuál fue mi sorpresa .

— Abre los ojos. Espero y te guste. No dormirás conmigo, por ahora, eso será cuando tú lo decidas—

Era una habitación hermosa, igual de grande que la de el, era más grande que mi antigua casa, había una gran cama, unos sillones, un televisor grande, un escrito con computadora de última generación, tenía su propia terraza, mi bañó tenía jacuzzi y luego un gran clóset que ocupaba todo un cuarto, tenía cualquier la ropa, toda de marca, zapatos mínimo unos cuarenta pares entré botas, zapatillas tenis y más, tenía un tocador con todo tipo de maquillaje y muchos accesorios. En verdad estaba sorprendida .

— ¿Te gusto? — pregunto muy alegre.

— Claro que me gustó — contesté abrazándolo y como no gustarme nunca había visto nada igual y mucho menos que fuera para mí.

Termino el recorrido por su casa y me mostró casi todo, excepto por una habitación que estaba hasta el fondo.
Salimos y me mostró todos los jardines, en dónde desayunamos, los de frente, uno de ellos parecía un laberinto de rosas de todos los colores, y mi favorito el jardín acuático. También tenía campos de juego, un campo para jugar badminton y tenis otro para jugar béisbol. Pasamos los campos de juego y un muro de acres enormes, llegamos a unos establos dónde había caballos y animales de granja. También me presento a los hombres que trabajaban cuidando los animales.

— Sabes bonita me gusta mucho la vida de campo, es muy tranquila — su sonrisa era cálida pero parecía que casi nunca sonreía.

— Si te creo que es muy lindo andar sin tanto estrés de una ciudad— hice un pequeño silencio— ¿Siempre has vivido aquí?

— No, apenas vine a vivir aquí. Pero siempre he tenido esta casa, la reservaba para alguien especial—

—  Mi niño —  llegó Ruth con una canasta de campo— Toma lo que me pediste—  le entregó la canasta luego me vio con una dulce sonrisa y se retiró.

Damián se subió a un caballo negro y estiró su mano invitando me  a subir con el, yo con un poco de miedo le obedecí.

Cabalgamos un rato, entre sus brazos me sentí a gusto el me atrae mucho y ¿A quién no? si era un hombre muy guapo. Pronto llegamos a un río ahi había una cabaña en forma de triangulo de madera (cabaña alpina), era vanguardista, sofisticada con ventanales hermosos, afuera había un sillón colgante y un jacuzzi, era un lugar de ensueño dónde se combina lo moderno con la naturaleza. Nos sentamos en el sillón colgante a conversar mientras admiramos el río.

No se pero por ese momento olvide mis miedos, me sentía a gusto con Damián.

En ese ambiente de paz Damián me invitó a conversar.

— Mariana ahora sí pregúntame lo que quieras. Pero esto no significa que yo contesté— su sonrisa me derretía.

— Está bien, ya qué — hablé con naturalidad — ¿Cuántos años tienes? Y ¿Por qué me compraste, pero te casaste conmigo?—  tenía tantas preguntas.

— Tengo veintisiete años. Sabía que harías la otra pregunta y veo que no tiene caso que te mienta. Desde el primer momento en que te ví me gustas.

— ¿Cuando me viste?— no entendía y ahora tenía más preguntas.

— Cuando trabajabas en aquél restaurante. Un día entré a comer ahí, te vi y me pareciste una chica muy bonita. Pero lo que más me llamó la atención de ti fue tu carácter, ya que ese día un hombre te molestaba y te quiso deslumbrar con dinero. Tu respuesta me dejó perplejo, un rotundo no en ese momento comprendí, si tú fueras una mujer interesada te hubieras ido con aquel fulano, más sin en cambio tu respuesta inteligente me dejó aún más sorprendido. Desde ese día solo pasaba a verte aún que fuera de lejos —

— Eso solo responde una pregunta, aún me falta saber ¿Por qué se casó conmigo?—

— Te diré la verdad. Me enteré que tú mamá te ofreció a un hombre a cambio de saldar una deuda... Entonces yo aparecí y pues aquí estás —

Al decir eso mi cara cambio, el como mi madre se aprovecharon de que yo estoy indefensa —  Pero ¿Por qué cansarte conmigo? Si ya me habías comprado — pregunté en un arrebato de irá.

— ¡Por qué no te irás de mi lado! — dijo en un grito que me asustó.

Después de ése grito ya no pregunté nada. Me levanté y me dirigí al río. Solo me quedé ahí pensando en lo que el me había dicho, me parecía conocido, aún asi crei que yo lo estaba confundiendo. Ahora entendí que esto lo había planeado mi madre desde hace mucho tiempo.

 Ahora entendí que esto lo había planeado mi madre desde hace mucho tiempo

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Cabaña alpina

MARIANA  Amor Y Poder  2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora