🐍Capítulo uno🐍 Piedad.

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Antes de comenzar el torneo, las cobras se encontraban alineadas, escuchando a su sensei, Jhonny Lawrence

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Antes de comenzar el torneo, las cobras se encontraban alineadas, escuchando a su sensei, Jhonny Lawrence.

Johnny: Hay una lección más que debo enseñarles.
Aprendimos a golpear primero, a ser agresivos, a no ser perdedores.
Les enseñé a golpear fuerte, a poner cada gramo de su poder detrás de cada cosa que hagan.
Pero todavía no les enseñé la tercera regla de Cobra Kai... Sin piedad. Cuanto más solos se quedan, más van a aprender que la vida no es justa.
Te despiertas una mañana sintiéndote genial y luego la vida te tira una patada giratoria directo a las bolas, mientras te tira una gran montaña de mierda directo a la boca.
Te sacas una F en un examen, te suspenden. Te enamoras de una chica- mira a Miguel, quien hace una mueca de odio y decepción- y viene un imbécil y te la quita.
¡A tu auto le prenden fuego! Justo cuando crees que las cosas van bien, todo se cae a pedazos; así es la cosa. La vida no muestra piedad; entonces nosotros tampoco...
Hacemos lo que sea para mantener la cabeza fuera del agua! Hacemos lo que sea para seguir adelante! Hacemos lo que sea para ganar! Recuerden quiénes son. ¡Ustedes son rudos! ¡No les importa una mierda! ¡Patean culos! ¡Ustedes son Cobra Kai!

Miguel: – COBRA KAIIIII!!!
todos: – SIIIIIII!
Johnny: – Muy bien chicos, vayamos adentro y pateemos traseros.
Todos: – SÍ SENSEI!

Todos comienzan a sacar sus gi's blancos de entrenamiento, pero Johnny los detiene con una sonrisa.

– Oh no, no usarán esos, usarán estos.

Sacó gi's negros de Cobra Kai con mangas cortas, detalles en amarillo, la cobra en la espalda y al frente un pequeño puño negro con fondo amarillo, con el nombre de cada uno de ellos sobre él. Eran hermosos, como en los viejos tiempos.
Los chicos se cambiaron y luego fueron a hacer su gran entrada.

Presentador: – Y desde Reseda, tenemos a–
Xxx: –¡COBRA KAI! ¡COBRA KAI! ¡COBRA KAI!
las cobras venían corriendo en fila, con su sensei al final, sonriendo victorioso.

Presentador: – A eso le llamo una entrada espectacular! Y un rudo nombre para un dojo de Karate! Desde reseda, dirigidos por el dos veces campeón sensei Johnny Lawrence, recibamos a.... ¡COBRA KAI!-

La gente se volvió loca.

Luego de horas de combate, Cobra Kai logró vencer a todos los dojos, gracias a Miguel Díaz.
Pero Johnny no estaba nada feliz. Mientras las cobras festejaban, se fue a buscar a Robby, quien se encontraba adolorido y herido, apoyándose en su sensei, Daniel LaRusso.

Johnny: – Robby! Lo siento...
Robby: – Está bien papá, está bien; vamos señor LaRusso.
Daniel: – Obtuviste lo que querías Johnny... felicidades, ganaste.
Y así sin más se fueron, dejando a Johnny sin palabras y cabizbajo.

Horas después, Johnny había vuelto al dojo, a colocar el trofeo de Miguel en el estante de la pared ; cuando la campana de la entrada suena, anunciando la entrada de alguien que él jamás imaginó volver a ver. John Kreese.

Volteó y no daba crédito a lo que sus ojos veían. El mismísimo kreese estaba parado frente a él. Creyó que estaba muerto.

Kreese: – La verdadera historia acaba de comenzar.- sonreía
Johnny: – creí que estabas muerto.

Kreese comenzó a caminar hacia él.

Kreese: – No eres el único, amigo. Estuve lejos por mucho tiempo... me alegra verte.

Le tendió la mano para estrecharla con la suya, pero Johnny la apartó de un manotazo.
Kreese río sarcástico.

Kreese: – Todavía tienes ese fuerte temperamento... me gusta eso, me gusta. Por eso es que tú alumno es el campeón, lo entrenaste bien... como lo hice contigo.

Johnny le lanzó un golpe que kreese bloqueó, luego otros dos, también bloqueados. Kreese lo pateó, dejándolo en el suelo quejándose.

Kreese: – Lo olvidaste... te enseñé todo lo que sabes- se llevó su puro a la boca, riendo.
Johnny: – No todo!-

Le dió una patada Justo en la boca desde el suelo, haciendo volar el puro a un tacho de basura en una esquina.
Kreese jadeó pero rió con malicia.

Kreese: – Nada mal señor Lawrence- sonriendo- nada mal.

Johnny se le lanzó, tirando patadas y golpes, pero Kreese fue rápido y lo tomó de un brazo, estampándolo contra un estante. Este se dio vuelta y continuaron luchando. Kreese lograba esquivar la mayor parte de los golpes. Estaban tan ocupados que no notaron que la papelera comenzaba a echar humo.
Kreese le lanzó una patada que logró que Johnny se estrellara contra un gran espejo, rompiéndolo en pedazos y dejándolo en el suelo.

Kreese: – mira, –jadeando- no quiero pelear, solo quiero hablar.
Johnny: – hablar de qué? ¿De cómo me enseñaste a pelear sucio? Y rompiste mi trofeo de segundo lugar e intentaste matarme?!
Kreese: – nunca intenté matarte.

Johnny rió con furia y se lanzó contra Kreese otra vez. La papelera estaba en llamas.
Luchaban en el suelo con los puños, Kreese se zafó arrastrándose un poco pero Johnny lo tomó y le hizo una llave, apretándolo sin dejarlo respirar.

Jhonny: – Vete al infierno desgraciado!

Apretó más, hasta que se vio en los pedazos del espejo destrozado a sus pies y recordó lo que le hizo Kreese hace años. Estaba haciéndole lo mismo.
Lo soltó y lo arrojó al suelo.

Kreese jadeaba recuperando el aliento de espaldas al rubio.

Kreese:– Tienes piedad de un anciano, muy honorable... Y muy estúpido.

Lo pateó dejándolo en el suelo y voló sobre él para quedar al lado, recostados, le dio un codazo en el pecho y cayeron rendidos. El antihumo comenzó a sonar, y pronto la lluvia de este los mojó.

 El antihumo comenzó a sonar, y pronto la lluvia de este los mojó

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Reina Cobra (Robby Keene)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora