La hija de Kreese llega con su padre al valle para conquistar un objetivo en común. Pero el Hijo del ex alumno de su padre se interpondrá en sus planes.
Podrá lograr su cometido?
Una historia de venganza, amor y locuras.
Esta historia y el persona...
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~Narrador omnisciente.~
Skyler trotó con sus tacones en la mano hasta que llegó a donde estaban Miguel y Halcón. Se veían sorprendidos.
-"Hey chicos!"- les saludó ella sonriendo.
Ninguno respondió, solo se quedaron mirándole de arriba a abajo. Ella lo notó y sonrió engreída. Con una mano apartó su largo cabello hacia atrás y bajó sus lentes de sol, mirándolos a ambos con una ceja alzada.
-"Qué pasa? Nunca vieron tanta belleza junta en una persona?"- bromeó riendo ligeramente.
-"l-lo siento Sky, es que te ves..."- comenzó miguel, parpadeando rápidamente.
-"WOW". - fue lo único que dijo Halcón.
Los tres rieron. Ella le dió un pequeño empujón a los chicos y se fue a acomodar en la arena. Se deshizo de su vestido para quedar en bikini y se colocó un gorro negro en la cabeza para luego recostarse a tomar el sol.
POV Miguel.
"Diablos, es una diosa"- dijo Halcón.
"Lo sé..."- la observábamos a lo lejos, ya me estaba olvidando por completo de Sam al tenerla cerca, pero no debía precipitarme. Alejé todo pensamiento insano de mi mente y me volví a Halcón para hablar. Al fin y al cabo, para eso vine.
"Deja de sufrir por Sam"- dijo Halcón con cara de pocos amigos.
Me puse serio y negué con la cabeza.
"No es por Sam, se trata del sensei."- me miró confundido.
"Es por su prontuario? Mis padres lo leyeron en línea. Creo que lo hace más rudo"-
Suspiré.
"Se trata de él y de Robby Keene."- me miró y bajó la cabeza, apretándose el puente de la nariz. Estaba tan molesto como yo.
"¿Sabes qué? Disfrutemos el día, vayamos al mar y veamos a la bella cobra frente a nosotros"- señaló a Skyler quien leía un libro.
Asentí y fuimos hacia ella.
Narrador omnisciente.
Pasaron las horas del día y ya se estaba haciendo tarde, así que los chicos y Skyler se despidieron de Moon y Demetri. Ella le preguntó al último si quería que lo llevara a casa, pero se negó. Así que ahora solo eran Miguel, Halcón y ella dentro del auto.
"Que tal la pasaron chicos?"- Preguntó la pelinegra mirando el camino.
"Súper, estuviste genial en el volleyball. No puedo esperar a que nos enseñes tus movimientos de karate"- expresó el latino desde el asiento trasero. Ella lo miró por el retrovisor y le guiñó el ojo.
