Un barón en NY

Brillo como escarcha

Hola lectores, llegó el gran momento de la pareja para brillar. Jujuju...casi me olvido de publicarlo por el cansancio luego de trabajo. 

Les quiero agradecer a EliRuizZ, zkiimo, ElianaHdzC632, LaPandita8 y Mynewsecret22 por votar en el capítulo anterior; a MkStan2012, CurlyxHazz  y a anonima_9 por comentar y votar en el capítulo anterior; a PaulieInWonderland por ser mi nueva seguidora; a Sugiya-Schneider por ser mi nueva seguidora, votar y comentar el capítulo anterior.  

La portada que está en multimedia es creación mía, si gustan pueden usarlo pero dénme los créditos. Disfrútenlo.
Sin más preámbulos, les dejo el siguiente capítulo. 

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Luego de que Natasha prácticamente huyera del cuarto de Helmut, corrió hacia su cuarto y abrió las ventanas para respirar aire fresco. Luego bajó para ver los últimos detalles de la fiesta para que nada saliera mal y al ver que todo estaba en orden, subió a su habitación a tomarse una ducha y alistarse para el baile.

Al mirarse al espejo luego de cambiarse, no pudo evitar sonreír y pensar que realmente se veía sexy y hermosa con su vestido rojo sin mangas con corset que tenía encaje negro, rubíes y una especie de alas de mariposa que aparentaban unas falsas mangas; la parte inferior del vestido era una falda negro largo por detrás y corto por delante mostrando sus piernas, con pliegues no muy ancho que complementaba con una cola larga semi transparente con pliegues en la parte trasera. Complementó su estilo con unos aretes no tan largos de rubí, un collar corto que le hacía juego con los aretes y finalmente su antifaz de mariposa negro decorado con rubís y delineado el contorno de los ojos con un rojo resaltante.

Pero antes de ponérselo, se pintó las uñas de rojo sin diseño, se maquilló tomándose su tiempo y se peinó con cabello suelto ondulado. Una vez terminado de arreglarse, se puso perfume y el antifaz, finalmente se miró al espejo.

—Como toda una dama de sociedad— se dijo admirándose en el espejo —Ya es hora— dijo al mirar su celular y darse cuenta que ya debían estar llegando los invitados, pero no pensaba ir sola sino con su acompañante y futura pareja, si es que el otro la aceptaba.

Al salir de su habitación, vio con pesar a alguien diminuto viniendo corriendo hacia ella.
—¡Nat! Sabía que estarías ahí— dijo Tony aliviado de verla —Tienes que recibir a tus invitados, yo ya tengo suficiente con el anciano que tiene problemas con su traje. ¿Por qué decidiste hacer una fiesta de disfraces en vez de hacer una fiesta normal? Ven rápido— dijo jalándola hacia el primer nivel sin dejar espacio a cualquier protesta.

El salón donde se desarrollaba el evento estaba apartado de la mansión principal y estaba cerca de la piscina. El jardín delante del salón estaba decorado con flores y una gran pasarela  desplegaba ante la puerta de ingreso.

Al interior, era una réplica casi exacta del palacio de versalles en el siglo XVIII, con los músicos en un escenario tocando valses de la época del barroco.
Una gran mesa con diversos bocadillos con fuentes de chocolate adornaba el otro extremo del salón.

Cabe decir que muchos sólo asistieron a esa fiesta por el gran banquete que ofrecían o por los tragos. Sin embargo, tal banquete se redujo a los bocaditos que los mozos les ofrecían, la música era tan relajante que algunos ya estaban quedándose dormidos y los tragos se limitaban a champagne.

Al ver tal desastre, fue hacia los músicos y les pidió que se detuvieran. Luego fue hacia el escenario, cogió el micrófono y les habló a los asistentes.
—Buenas noches señores, les agradezco su asistencia— los asistentes detuvieron lo que estaban haciendo para prestarle atención, incluso algunos dormidos se despertaron —esta celebración es para celebrar que nuestro amigo James Barnes regresara sano y salvo de la misión...—