❛ si el final de un libro fuera doloroso, ni siquiera lo leería ¿quién sonreiría mientras escucha una historia triste? pero, extrañamente, sigo leyéndote. página por página, me enamoré profundamente al leerte. lloré hasta no poder respirar, aunque e...
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LA NOCHE HABÍA caído sin que se diera cuenta; debía estudiar y comunicarse con su compañero, pero hacía todo lo posible para retrasar lo último. Sin embargo, no podía concentrarse en otras cosas. La perseguía ese pensamiento de qué seguro su compañero esperaba a que contestara a su propuesta desde hacia horas; se sentía horrible, sólo quería golpearse.
Se agachó, colando una de sus manos a un costado de su cuerpo para no caerse, se sentía horrible, pero contra todo pronóstico, no lloró. Simplemente miraba el suelo, triste, con la mente en blanco, no tenía las fuerzas para levantarse o siquiera para seguir respirando. ¿Qué se supone qué estaba haciendo con su vida? Los minutos pasaban y el agua caliente de la ducha seguía golpeando su pálida piel que había tomado un tono rojizo, ya había pasado más de una hora ahí adentró.
Los maullidos tras la puerta volvio a la realidad a Kazuha; él esperaba por ella.
──Ya voy... Ya voy... ──susurró con pesadez, levantándose para cerrar la canilla después de tanto tiempo──. Ya ni siquiera dejan bañarse tranquila...
Salió de la habitación, vistiendo un vestido blanco de mangas largas; cualquiera que la viera pensaría que se trataba de algún fantasma o algo por el estilo, el cabello en su rostro tampoco ayudaba.
──Areum- ¡Ah! ──gritó Ayaka al verla, lanzándole un zapato directo al rostro, pero no logró causar daño alguno; el ataque fue esquivado con facilidad por la chica.
──¡¿Por qué gritas?! ──Se acercó al felino asustado, tomándolo entre sus brazos para sentarse en el escritorio, dándole la espalda a la mayor que seguía en la cama, alerta y con una expresión de terror.
Tomó el peine y lo levantó, mostrándolo a Ayaka, indicando en silencio que la peinara.
──¿Acaso eres un bebé?
Kazuha volteó hacia ella con su mano sobre el pelaje del felino. ──Sí, soy un bebé. ¿Tienes algún problema con eso, perra? ──cuestionó abriendo más sus ojos y levantando su mentón, desafiante.
