Un profesor, una alumna, un infierno.
Odio y amor.
Un deseo.
Después de la muerte de su familia, veinte años después Sesshomaru se convierte en Profesor de literatura en una prestigiosa escuela, un día le cuenta un detective datos nuevos del caso...
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Te invite aunque yo misma sabía que no asistirias, aún así me hubiera gustado que estuvieras ahí acompañándome...
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Sesshomaru clavó sus ojos directamente al detective quién trataba de evitar mirarlo, en sus ojos se presencia bastante odio.
—¿Qué tiene que decirme? Ya pasaron veinte años.
—Hoy es otro aniversario de sus muertes. ¿O me equivoco? El hombre evitaba a toda costa contacto con aquellos ojos dorados enfurecidos.
Sesshomaru se percató del miedo que le causaba al joven detective y continúo caminando.
—¡Gracias por recordarme lo que ya sé!. Intentaba ignorarlo porque ese tipo de comentarios lo sacan de quisio. —¡Debería marcharse, estoy cansado y no tengo tiempo para sus estupideces! El detective lo miraba marcharse a pasos apresurados. —Encontramos al posible responsable de aquel trágico homicidio— dijo seriamente gritando.
Sesshomaru se paró en seco y giró la cabeza para dirigir nuevamente su rostro al policía. —¿Qué es lo que ha dicho?
El joven detective acortó la distancia. —¡Hay un posible sospechoso!
Sesshomaru no lo podía creer con cierta certeza. Clavó el rostro cerca del detective y le dió un golpe en el pecho furioso. —¿Me está tomando el pelo?.
El hombre se plasmó firme y serio
—Jamás mentiría con algo así.
—Hable ya... No me quite más el tiempo. ¿Qué le hace pensar que esa persona posiblemente tenga la culpa de la muerte de mis padres?
—Por que lo es...
Había mucha tensión en el lugar, Sesshomaru tenía un nudo en la garganta el pecho le palpita tan fuerte que siente que le va a estallar.
—¿Cómo sé que esto es cierto? ¿Qué pruebas tiene?
El detective sonrió mordaz sintiéndose un héroe ante la situación. —Es un hecho obvio, jamás vendría con usted sin tener evidencias.
