Un profesor, una alumna, un infierno.
Odio y amor.
Un deseo.
Después de la muerte de su familia, veinte años después Sesshomaru se convierte en Profesor de literatura en una prestigiosa escuela, un día le cuenta un detective datos nuevos del caso...
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Nieve... Nieve fría es lo que hay, envuelta entre salpicaduras carmesí que envuelven el asfalto.
Tres cuerpos es lo que hay, uno respira muy por debajo de lo normal, pero al menos es el único sobreviviente.
Un niño de ocho años se envuelve entre aquella tempestad de llena de muerte. Su respiración es casi nula. Unos pequeños ojos dorados contemplan esa escena tan trágica. Alguien que pasaba por ahí llamo a la policía y los paramédicos.
Llegaron después de media hora.
Y el niño ha querido gritar. ¡Papá! ¡Mamá!. Sin embargo no puede...
Se ha quedado mudo, tiene miedo y empieza a tiritar del frío que lo envuelve desde los pies hasta la nuca.
Casi puede perder la conciencia.
«Pero han llegado a rescatarlos», es lo que piensa aquel niño.
Él se siente agradecido.
Es de noche, las estrellas no tienen brillo y los copos de nieve caen tranquilamente deslizándose entre su piel pálida, inundan la escena escena para apaciguar su dolor tanto físico como interno, a pesar de su corta edad, sabe que sus padres no están en este mundo.
Sólo espera encontrarse con ellos, algún día...
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