Capitulo 4

24 0 0
                                    

Capítulo 4
Me desperté sobre saltada, estaba en un cuarto no sabía de quien era pero claramente no era el de una chica, había un escritorio, ropa sucia, pósters de modelos y revistas porno, me puse a pensar en como había llegado aquí y todos los recuerdos de esa tarde se me vinieron a la mente y conmenze a llorar, no lo podía creer, eso me paso?
cuando por fin me pude tranquilizar gire mi cabeza había un baso de jugo y una carta que decía:

-hola Cami, si estas leyendo esto es por que te despertaste, en el baño hay ropa tuya limpia, y cosas de mujer- como así, ellos entraron a mi cuarto y revisaron mi ropa?, pensé asombrada - ( tranquila eso lo hizo Natalia)- fue como sí me respondieran el pensamiento- y pues cuando te sientas lista bajas y hablamos todos!, con cariño: Mauricio, Nicolás, César y Camilo.

-okey Camila, tranquilízate, respira- dije tratando de darme ánimos- te arreglas y bajas y todo se arreglara, una mentira más y ya, cálmate- en ese momento se me aguaron los ojos, odio mentir y menos si son mi familia! Lo odio pero es necesario, ashh, estaba tan asustada.

Me entré a bañar, encontré una maleta de viaje y por suerte tenía todo, maquillaje, zapatos a juego con la ropa, tenía todo y se notaba que lo había elegido Natalia, era más su estilo que el mío, ella me trajo ropa íntima, y decidí ponerme un vestido blanco que le encantaba a mi madre, me maquille normal y salí.

Iba bajando y se escuchaban que estaban viendo un partido, de seguro eran los "cachorros", contra el instituto del sur, ellos no se perdían ni un partido, cuando baje estaba en lo cierto todos estaban sentados dándome la espalda mirando el televisor como sí se le diera la vida en ello, cuando anotaron un gol se pusieron a gritar y a saltar yo sólo me límite a reír desde atrás porque no quería llamar mucho la atención. Camilo sé para comenzó a gritar, cuando se volteó para ver a los demás y compartir su alegría, en ese momento nuestros ojos se juntaron.

-Camila- susurro como sí no se lo pudiera creer y la televisión se apagó y todos se voltearon a verme, en ese momento me sentí como un bicho raro.

- no, soy tu mama, pendejo- dije con tono sarcástico ya que me di cuenta que estábamos en la casa de de cesar, fui a la cocina y me serví jugo, ellos seguían sin hablar y mirándome fijamente, me sentí incómoda pero decidí no ponerle mucho cuidado- que? Acaso nunca me han visto, tengo un moco?- dije tratando de tranquilizar el habiente.
-camila- dijo otra vez Camilo como tratando de convencerse así mismo de que ahí estaba.

- si soy yo pendejo!- dije un poco cansada de la situación y las caras largas de ellos- es que acaso no me ven? - dije señalándome completa

- si, si te vemos- dijo esta vez cesar

- entonces dejen esas caras de como sí hubieran visto un fantasma y díganme algo?!- dije algo irritada.

Ellos se miraron y asintieron como sí tuvieran un plan.

- Cami, ven y siéntate- esta vez el que hablo fue Mauricio, necesitaba tiempo para mi.

- espérenme un momento- dije y subí a mi habitación, cogí un bolso a juego, y metí mi celular ya cargado y una cuchilla porque no se sabe donde la tengas que utilizar pero como sabía que de pronto me revisaban, la guarde en la parte trasera de mi pantalón.- hablamos más tarde voy a salir con Natalia- dije abriendo la puerta.

-Camila, quieta ahí- dijo cesar con voz firme- habré tu bolso un momento, necesito estar seguro- uf, punto para mi, mi subconsciente estaba haciendo un baile raro celebrando.

- si claro - dije tratando de parecer tranquila.
Lo reviso y suspiro
- te esperó aquí a las 5 sí tardas estas castigada- que le está pasando.

- yo castigada? Por ti? Jajja-dije dolor ando una carcajada

- si, tenemos que decirte algo muy importante pero ve y te distraes, contestas el celular por favor- dio media vuelta y cerró la puerta, yo no entendía, el nunca me hablaba así pero decidí ir a caminar por el bosque.
Nuestro pueblo estaba rodeado de bosques, era algo chevere pero intimidante de noche.

Una simple chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora