𝟎𝟐: son mis bebés.

2K 267 13
                                    

- ¿Y ahora por qué pelean? - Sunoo escuchó la voz del alfa y sintió el familiar aroma cítrico de las naranjas en cuanto lo tuvo sentándose junto a él en la mesa de la cafetería

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- ¿Y ahora por qué pelean? - Sunoo escuchó la voz del alfa y sintió el familiar aroma cítrico de las naranjas en cuanto lo tuvo sentándose junto a él en la mesa de la cafetería.

Sunoo se encogió de hombros con la sonrisa divertida observando la manera en que los tontos cachorritos discutían cerca de la tienda del instituto, llamando completamente la atención. Los lobos pasaban de ellos sólo enviándoles miradas extrañadas, aunque eso no parecía importarles demasiado. Una risa se escapó de la garganta del omega al ver a Ni-Ki rodear el cuello del peligris desde atrás para hacerle una llave improvisada, mientras SungHoon manoteaba el brazo y lanzaba codazos para liberarse. Sus muecas del esfuerzo y su rostro enrojecido en verdad gracioso.

- Dije que tenía hambre.

El alfa asintió comprendiendo, riéndose cuando SungHoon lanzó una patada hacia atrás logrando que Ni-Ki perdiera el equilibrio y entonces aprovechara para correr, no pudiendo hacer mucho pues Nishimura se aferró a su tobillo y el peligris cayó estrepitoso contra el suelo donde ambos comenzaron a forcejear.

- ¿No deberíamos detenerlos? Se van a lastimar.

- Nah ~ sólo están jugando - cuando Nishimura se subió colocando ambas piernas a los costados de SungHoon, ambos empezaron a lanzarse manotazos como niños pequeños -. ¿Ves, hyung? Son unos bebés.

Soobin afirmó ante la pelea infantil, que terminó limpiamente con el duelo final de piedra, papel o tijera. Quien se levantó para correr gritando alegre fue Ni-Ki al haber ganado, mientras SungHoon se dedicaba a refunfuñar derrotado sacudiéndose la suciedad de sus ropas y acomodándose el cabello que Nishimura despeinó. El alfa pelinegro no estaba mejor, SungHoon le había logrado rasguñar un poco el brazo, aunque eso no parecía importarle mucho, ni siquiera se molestó en acomodarse las ropas.

- Ow... quería que SungHoon me comprara el almuerzo, él siempre compra galletitas de nuez - el omega pelinegro puchereó, aunque tampoco se quejaba en serio. No cuando Nishimura parecía realmente feliz escogiendo un almuerzo para él.

- ¿Y por qué dejaste que se pelearan?

- Porque es divertido - Soobin negó superado por la sonrisa inocente del omega -, y además mira, Kinnie compró comida, pero dejó que Hoonie comprara el refresco.

Y era cierto. Ni-Ki sólo movió la cabeza con la sonrisa ilusionada en su rostro para dejar que SungHoon se encargara de la bebida, provocando en el peligris una enorme sonrisa de oreja a oreja. Ambos cachorros siempre terminaban aliándose a pesar de derrotar limpiamente al otro, al final repartiéndose algo para hacer feliz al bonito omega. Y Sunoo sonrió cuando notó a SungHoon pedir un empaque de sus galletitas favoritas.

- ¿Por qué no les das una oportunidad? - Soobin cuestionó realmente curioso, mirando a los cachorros regresar a ellos sonrientes - En verdad están enamorados de ti.

Sunoo se encogió de hombros, susurrando: - No puedo tener dos alfas y tampoco quiero romper el corazón de uno de ellos, los quiero a ambos, son mis bebés.

- ¿Quién dice que no puedes tener dos alfas?

Sunoo miró al alfa a su lado, aplanando los labios. Mentiría si dijera que antes no había estado pensando en ello, porque en realidad sí que lo hacía. No podía ni quería tener que rechazar a uno y tener que ver sus ojos tristes y esa expresión que le oprimiría el corazón. También había querido evitar que ambos se ilusionaran, pero fue demasiado tarde cuando se dio cuenta que ese par tenía sentimientos por él. ¿Por qué tenía que ser tan difícil? Sunoo ni siquiera conocía sus propias emociones, sólo sabía que quería a ambos, pero no estaba seguro si era de la manera amistosa y fraternal de siempre o de alguna forma romántica.

- Sólo... no puedo...

- Entonces será inevitable que rompas el corazón de uno - dándole un par de palmaditas se levantó en cuanto los tuvo más cerca, murmurando muy bajito: -. Ellos ya están muy ilusionados, sé gentil cuando lo rechaces.

- ¡Hola Soobin hyung!

SungHoon fue el primero en saludar con alegría al único alfa que no celaban cuando estaba cerca de Sunoo. No podían hacerlo cuando sabían que Soobin ya estaba emparejado con el omega que resultaba ser también el hermano menor de Sunoo. El aludido sonrió con ternura, despeinando a ambos cachorros con cariño, ganándose gruñidos tan bajos que bien pudieron tener parecido a los ronroneos de un gatito mimado. Si ambos tuvieran colas físicas, estaban seguros que se moverían en completa euforia de un lado a otro con las orejas agachadas.

- Hola chicos, no puedo quedarme mucho, vine a buscar a Junie. ¿Saben dónde está?

- Jun está jugando a las carreras con los demás, quizás ya hasta esté todo lleno de tierra - SungHoon negó arrugando la nariz -. Ese omega siempre se ensucia mucho.

Soobin rió dándole la razón, porque sí que era verdad que YeonJun siempre terminaba repleto de tierra cada vez que retaba a los demás en carreras amistosas. Tampoco se quejaba, no cuando su omega se divertía tanto en ello, porque le gustaba estirar las piernas y derrotar a alfas al ser impresionantemente ágil y rápido. Incluso Soobin fue uno a quienes aplastó, y gracias a eso terminó rendido ante sus encantos. YeonJun era un omega travieso, pero era su omega travieso. Así que, volviendo a sacudirles los cabellos, Soobin se dio media vuelta para ir a buscar a las canchas a quien llamaba pareja, dejando a Sunoo solo con ambos cachorros, quien le miró irse con pasos calmados, hasta que desapareció al doblar por el campus en dirección a las canchas deportivas.

Ni-Ki entonces colocó el almuerzo frente a él, logrando llamarle la atención cuando el aroma de la comida le llenó la nariz. Sunoo vio con ojos hambrientos a la gran hamburguesa partida a la mitad de carne doble con lechuga que sobresalía y tomates del vivo color rojizo mostrándose jugosos. Incluso habían dos sobres pequeños de kétchup a un costado que Ni-Ki se había tomado la molestia de abrir y dejarlos para que Sunoo pudiera colocar la cantidad que quisiera. Con una sonrisa, Sunoo sujetó la mitad entre sus manos para echarle un poco del kétchup y anticipó su sabor cuando la acercó a su boca, dándole una gran mordida que movió los ingredientes un poco. No pudo evitar gemir de satisfacción por lo malditamente buena que estaba, devorando el resto casi de inmediato para saciar su hambre.

- ¿Le gustó, hyung? - Ni-Ki sabía la respuesta por la expresión de goce en su rostro, pero quería escuchar que había hecho un buen trabajo escogiéndole el almuerzo.

El omega asintió y con eso obtuvo una sonrisa amplia y satisfecha del pelinegro. SungHoon también sonrió y estiró el brazo para darle las galletas que Sunoo recibió con gusto.

capuccino candy ♯݊ˢᵘⁿᵍˢᵘⁿᵏⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora