Trixie se acerca a la pesada puerta y mira ansiosamente por encima del hombro a su madre, quien le dedica una sonrisa alentadora. El guardia de la puerta le da una mirada aburrida y la abre, llevándola adentro donde su papá la está esperando, con otro guardia apostado en la esquina de la habitación. Mira alrededor de la habitación vacía, fijándose en el pesado sofá de vinilo, las sillas redondas de plástico alrededor de la mesa de juego, el pequeño estante con las gastadas cajas de juegos de mesa apiladas al azar.Dan deja de pasearse cuando su hija entra en la habitación y se miran en un silencio incómodo. Ha estado en este hospital psiquiátrico durante tres semanas, sin más visitas que su abogado y los médicos. Y los guardias, claro, siempre los guardias. Incluso lo han mantenido alejado de los otros pacientes.
"Hola, mono", la saluda tentativamente. “¡Es tan bueno verte! ¿Cómo has estado?"
"Hola, papá", su voz es pequeña, reticente. El consejo de su madre resuena en su cabeza. Trate de no mencionar mi lesión o recuperación. Trate de no mencionar a Lucifer. Está bien estar asustado, enojado o triste. Está bien hacerle saber que todavía lo amas. Yo también te extrañé
( en un rato publicare al segunda parte de esta historia!)
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Rebehold las estrellas
Aléatoire¿Y si el veneno de Kinley aún lograba llegar a Lucifer esa noche?