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Ese día el clima estaba fresco y el cielo había perdido su color azulado siendo este remplazado por un gris frío y triste lleno de nubes, era muy curioso ver cómo hasta el cielo sufría la perdida de una persona tan cálida como lo era JiMin. De frente en su lápida lloré tantísimas veces que podría abrir mi propio lago de lágrimas llamado "lágrimas para un ángel", pero no solo iba a llorar esa vez.

     —Te fuiste hace 6 meses y yo realmente pensé mucho en nosotros, hace unos 2 meses tuve un altercado con TaeHyung, no nos hablamos desde entonces lo cual es muy triste porque estábamos más unidos desde que te marchaste —suspiré como si en ello se fueran todos esos remordimientos.

El viento sopló y con él aluciné la caricia de JiMin en mi mejilla. Me senté y tomé la bolsa que había dejado en el pasto a mi lado, la abrí para sacar dos latas de su bebida favorita y dos paquetes de sus dulces favoritos.

Había tantas cosas que no le dije a JiMin, miles de confesiones y millones de disculpas. En ese momento sabía que si alguna divinidad se presentaba ante mí ofreciéndome verlo una vez más, yo hubiera pagado cualquier precio.

     —Hoy yo también traje una carta para tí —sonreí llevando una mano al bolsillo derecho del suéter que años atrás me regaló él y saqué las hojas dobladas torpemente.

No me sentía capaz de leer tales palabras a JiMin, estaba bastante seguro de que si su espíritu estaba ahí conmigo, después de terminar la carta me regañaría muy feo por no decirle todo lo que esconden esas letras escritas a mano con restos de lágrimas y café ya secos. Las hojas permanecían en mis manos, las detallaba con la mirada como si esperara encontrar un punto clave en el cuál se activara y la carta sonara por si sola para no tener que enfrentarme a recitarla yo, pero era en vano, nadie más que yo podía leerla y nadie más que JiMin podría escucharla.

     —"Querido Jimin —pronuncié con delicadeza, le dí un vistazo rápido a la lápida y seguí. —Te debo tantas explicaciones y disculpas que no me alcanzaría la vida para saldar la deuda que te debo, sin embargo, hoy te voy a confesar todo.

» Cuando nos conocimos en la escuela mi vida estaba hecha un caos, era controlada por mis padres estrictos y "tradicionales" por no decir homofóbicos, razón por la cuál nunca acepté mi homosexualidad y actúe algo que no era, desde que te ví aquel primer día entrando a la cafetería con tu suéter amarillo favorito me gustaste demasiado, no obstante era tanto mi afán por qué mis padres me dejaran en paz que le pedí a mi mejor amiga Hyemi que fingiera ser mi novia, en ese entonces lo creía la mejor decisión posible y me equivoqué.

» En el momento que noté tu distancia, que ya no caminabas a mi lado, no me contabas tus mañanas felices al desayunar Waffles y tu bebida favorita, no me sonreías más y tus ojos perdían el brillo, me sentí de una manera horrible, temía haber hecho o dicho algo que no te gustaba, no me agradaba pensar en que yo era el problema. Dejaste de acercarte a nosotros pero yo te necesitaba conmigo, aquel sábado lluvioso te encontré por casualidad, te hablé dispuesto a decirte que me gustabas pero corriste, corriste tan rápido de mi que no notaste que enganchado en tu suéter te llevaste mi corazón y sentimientos. Corrí tras de ti y te alcancé mucho después, estábamos tan cansados, jadeabamos tan fuerte en busca de aire que pensé que llegarían a oídos de los vecinos más lejanos en el vecindario, la lluvia estaba empapandonos y solo atiné a abrazarte y pedirte que no me dejaras nunca.

» Siempre supe que te desmayabas por problemas de salud, admito que obligué a TaeHyung a decírmelo, por ello siempre te cuidaba, me daba mucho miedo que te desmayaras y pasará algo malo, TaeHyung siempre estaba a tu lado pero cuando no podía ¿Quien te cuidaría? Me di ese título. La primera y última vez que te llevé al hospital te habías golpeado la cabeza, esperando a que despertaras mis padres me llamaron avisando que me mudaría con mi novia para preparar nuestro futuro como familia, no pude quejarme, no pude hacer nada porque para cuando me llamaron, ya habían cambiado la mayoría de mis cosas. Despertaste poco después y pasé mis últimas dos semanas en esa cuidad a tu lado, cuando fue el momento estabas durmiendo así que con todo el dolor en mi corazón y dejando un beso en tus labios mientras seguías dormido, me marché.

» Hyemi supo que yo te amaba, aunque parecía no importarle, estaba muy cómoda en su papel de la novia perfecta que a veces dudaba si seguía fingiendo. Le rogué demasiadas veces para viajar a la ciudad y poder verte pero siempre se negaba, mis padres me tenían controlado y también ella. No sabes lo felíz que estaba al verte sentado en mi sala esperándome tiempo después, la tristeza de quedar desempleado se me había olvidado y en su lugar había millones de "Te amo Jimin" que quería gritarte para que también lo escuchara el mundo. Las siguientes semanas fueron por mucho lo más hermoso de mi existencia, las escapadas al cine, al parque de diversiones y a nuestra banca era lo más lindo porque estabas tú.

» Sí hubiera sabido que era la última vez que te vería, te habría dado un beso largo como el de las películas, de esos besos que charlan cientos de horas confesando sentimientos aún cuando los labios ya no danzan pegados a los ajenos. El día siguiente Hyemi me pidió que fuéramos a París en representación de mi familia para asuntos de la compañía de mis padres, dijo que debía despejarme y acepté. No pasé más de 5 días, regresé lo más rápido que pude luego de que Hyemi confesara que TaeHyung le había dicho que ibas a morir, que te habían concedido eutanasia y que sucedería en unas horas. Me enojé tanto con ella antes de decirle adiós que te juro que nunca había maldecido tanto a una persona, dijo que solo quería alejarme de ese sufrimiento pero me causó uno peor, el sufrimiento de no haber estado a tu lado en tus últimos momentos.
» TaeHyung me llamó mientras iba en el taxi al hospital, no faltaba mucho, bajé del auto atascado en el tráfico y corrí, nisiquiera pregunté por tí en recepción, TaeHyung me había dando las instrucciones de dónde estabas, seguridad iba tras de mí y yo gritaba que tenía que llegar contigo... Llegué tardé. Al entrar TaeHyung estaba llorando y tú estabas cubierto con una sábana blanca, me desplomé.
» Los días, semanas y meses después caí en depresión, empecé a pasar mis noches en bares de mala muerte o en mi casa lleno de alcohol por todos lados, no pasaba ni un día sobrio, era un total desastre del que Taehyung quiso sacarme pero me enojé tanto que le dí un golpe, se marchó enojado y no volví a saber de él".

Dejé las hojas a un lado y observé la lápida con el escrito:
"Aquí yace Park Jimin, un ángel que amó al mundo entero". No había ni una pizca de mentira en ello.

    —Esas son mis confesiones, el día de hoy estoy totalmente cuerdo frente a ti, porque quiero recordar por siempre que hoy amor mío, te digo te amo, porque lo hago Jimin, porque no importa cuánto nos separen, volveremos a encontrarnos, porque te amo, me amas y nos amamos, en esta y en todas las vidas.

Querido YoonGi. (YG × JM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora