Capítulo 10 "Una decisión difícil, pero justa"

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CAPITULO X

Meliam Carmín

En cuanto escuché el llanto de mi hermana me tensé de pies a cabeza.

Mi cabeza estaba hecha pedazos y rápidamente abrí la puerta para enfrentarme a la verdad.

¿Para qué agotar el tiempo dudando en recibir la bala si sabes perfectamente que la vas a tener enterrada en tu pecho? Lo mejor es tomar ese tiempo para curarte de la herida, aunque nos duela.

El tiempo... Esa miserable cosa que ni siquiera podemos ver físicamente. Es tan ingenuo e inoportuno. Cuando quieres que pase rápido es lo contrario, pero cuando pasa rápido y sin que te des cuenta es aún peor.

Cuando vi a mi hermana tirada en el sofá de la sala con sus lágrimas de dolor cayendo por sus mejillas me quebré por dentro.

Otra vez, no pude ayudarla...

Recordé que Eren estaba a un lado mío presenciando esa escena.

No podía dejar que viera esto. No quiero que sienta lastima por mi o mi hermana... o que se canse de mí, o que pierda el interés en mí, o...

Le extendí el brazo para que se fuera. El solo frunció el ceño confundido.

—Meliam, ¿puedo ayudar con alg...

No, lastima no... por favor.

—Sí, Eren, en irte, por favor.- el solo se miraba confundido y asintió.

—Cualquier cosa que necesiten, me lo dicen en seguida.

Muchas gracias, pero no lo voy a hacer...

Quería responderle, pero no podía hablar con él. Eren tenía unos ojos color ámbar tan profundos que hacía que quiera contarle todo de mí, pero no podía hacerle eso, el no merecía que le agotara su tiempo escuchando mis dificultades.

Por la tensión que tenía en mi cuerpo y mente no me di cuenta que le cerré la puerta casi en la cara.

—Meliam- la voz de mi hermana se escuchaba temblorosa- ...lo siento tanto...- y volvió a llorar.

Enseguida me dirigí a ella para hablarle y calmarla un poco. Me arrodille a un lado de ella y le agarré la mano que se estaba cubriendo la cara. Su otra mano estaba ocupada de la misma manera por Delia.

—Tranquila, no tienes por qué pedirme disculpas- le dije suavemente.

—Claro que si... por mi culpa tienes esos arranques de ira.

— ¿A qué te refieres?- me hice la confundida.

—Ella vio el video de la pelea en tu escuela- explicó Delia con un poco de pena.

Mierda

—Eso no tiene nada que ver con "mis ataques de ira", yo no tengo nada malo.

¿Tratas de convencer a ella o a ti?

Cállate

—Ingrid, tienes que descansar, no sobre pienses más- le dijo Delia a mi hermana, mientras ella lloraba más fuerte.

—Perdóname Meliam... perdóname por dejarnos sin padres.

—No fue tu culpa, Ingrid. Ellos quisieron ayudarte porque eras su hija y te amaban, no por responsabilidad.- le dije mientras le acariciaba el cabello y al parecer funciono porque disminuyeron sus lágrimas.

La había escuchado decir eso tantas veces, más de las que pudiera contar. Me arrepiento tanto de que haya vivido eso ella y no yo, ella merece vivir feliz sin ninguna inseguridad.

Las Teclas PerfectasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora