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Termine de mirarme al espejo terminando de maquillarme. Repase mi labial y Eren abrió la puerta de mi habitación de golpe.
—¡Mía no ha vuelto y ya ha pasado más de un día! —gritó alterado.
—¿Esperas que vuelva a casa en mitad de la fiesta, con un montón de gente extraña borracha y consumiendo drogas? —me giré a verlo con una ceja alzada —. Volverá cuando ella quiera, siempre lo hace Eren.
—No vas un poco... —me miro de arriba abajo —, expuesta.
—No, pedazo de idiota. Ahora sal de mi habitación —lo empuje sacándolo y cerré la puerta en su cara.
Llevaba puesto un vestido negro, era de cuello alto con encaje para que no se notaran mucho las marcas de mi cuello, el escote en forma de V también tenía encaje al igual que las mangas a juego con unos tacones negros. Era ideal para esta ocasión, iba sexy y a la vez ocultaba las marcas que me hizo ese inútil. Tenía una pequeña apertura dejando al descubierto mi espalda baja y me llegaba por encima de las rodillas ajustándose an mis curvas.
Termine de retocarme y salí de mi habitación. Ya habían varias personas en casa y la música estaba a un volumen considerable para que los vecinos supieran que se trataba de una fiesta de universitarios. Como todos los del edificio eran personas jóvenes no les importaba ya que también solían hacer fiestas a las que mi hermano acudía.
Cuando baje la mayoría de los que habían llegado eran amigos de clase de mi hermano. Podía notar sus miradas clavadas en mi, en sus caras se veían las ganas que me tenían pero no podían hacer nada, era una lastima eran bastante guapos y tenían un cuerpo de escándalo.
Llame a Sasha cuando me desperté en la tarde. Estuvimos hablando de la fiesta y de lo que nos pondríamos y le expliqué con una mentira diciendo que había estado viendo una serie y me quede dormida sin mirar sus mensajes. Me comentó que vendría al final Jean si vendría, cosa que me sorprendió bastante, así que dimos por finalizada la llamada en cuanto fui a ducharme para empezar a prepararme. Obligue a Mikasa a que viniera, por mucho que Eren le haya dado calabazas ella sigue siendo mi amiga y por mucho que le duela tiene que pasar pagina de una vez por todas.
Busque con la mirada a mi hermano y se encontraba en la cocina hablando animadamente con Floch. Ni loca iba a acercarme así que solo pasé de largo delante de ellos ignorándolos yendo a la nevera por una cerveza. Floch se dio cuenta de que lo ignoré por completo y vi de reojo como se ponía tenso arrugando el cejo y apretaba sus puños.
Floch, ¿acaso creías que iba a dirigirte la palabra después de como me trataste anoche? Ni de coña.
Abrí la lata y vi como mi hermano se giró a verme y puso una cara de desacuerdo quitándome la lata de las manos.
—No me jodas Eren.
—Solo tienes veinte años, ¿lo recuerdas? —le dio un sorbo a mi lata quedándosela él y sonrió ladinamente —. No permitiré que bebas alcohol, no estando yo presente.
