Tu y yo ocultos en las sombras del mundo

4. De Argentina a Madrid

El vuelo fue una tortura. Tenia dos vuelos, pues hacíamos escala en Madrid. De Buenos Aires a Madrid eran 12 horas de viaje y de Madrid a Londres 2 horas y media mas o menos. En el primer vuelo, un par de asientos detrás de mi había un niño de mas o menos 8 años que lluro durante las primeras tres horas de vuelo, el problema era que se quería salir de su asiento y molestar a todos los pasajeros como lo había hecho durante la primer media hora de vuelo hasta que una azafata le dijo a su madre que lo controlase. Al rato de eso, unas filas mas adelante, donde iban unos tres hombres de entre 35 y 40 años, se empezaron a escuchar unos insultos, cada vez mas fuertes, entonces cuando la azafata les fue a decir que por favor le den las botellas que no deberían tener en primer lugar la sacaron de un empujón, otros pasajeros ya hartos de la situación decidieron intervenir. Mala idea. Terminaron a los golpes, en un lugar chico, a mas de 30.000 pies de altura y con 8 horas de vuelo restantes. 

— Que lindo viaje. — Murmure para mi misma en tono sarcástico. Iba sentada en el asiento contra el pasillo, así que además de estar bastante incomoda y no tener vista hacia afuera, podía observar toda la situación con bastante claridad. 

La chica que iba sentada a mi lado se rio por lo bajo ante mi comentario. No había reparado en ella hasta ahora, ni siquiera la había mirado,  no había procesado que era una chica y que lucia mas o menos de mi misma edad, supongo que he estado muy ocupada prestándole atención a los problemas y lamentándome mentalmente por mi mala suerte. 

— Esta gente rara. — Dijo ella haciendo una mueca sarcástica y yo sonreí levemente ante esta. — Que ganas de molestar. — Hizo una pausa por un momento, como esperando a que dijera algo, no lo iba a hacer, no tenia que decirle, de todas formas no deje de mirarla, prestándole atención, era la primera persona normal que llamo mi atención en cinco horas. — Soy Ileara por cierto, y vos? — Pregunto extendiéndome la mano.

— Abigail, un gusto. — Dije extendiendo mi mano para coger la de ella. 

— Abigail, te quedas en Madrid o sigues a algún otro lugar. 

— Voy a Londres, vos? 

— Yo también, vienes sola?

— Si, vos?

— Si pero, no. Vengo sola desde Argentina, pero en Madrid se sube un amigo mío.

— Yo también soy de argentina.

— Si, lo deduje por tu acento. — Dijo con una sonrisa en la cara, como si estuviese orgullosa de su pequeño descubrimiento.  Yo le sonreí. 

— A que van a Londres?  

— Los dos a estudiar, solo que mi amigo, James, es ingles, esta en España solo de visita.  

— Yo voy a estudiar arquitectura, conseguí una beca en la UCL. 

— En serio? Has de ser muy inteligente, yo conseguí una beca deportiva para la universidad de Queen Mary. 

— Ah si? Y que haces? Que vas a estudiar?

— Corro, soy realmente rápida, entreno desde que tengo 11 años, mi padre y mi hermano son muy deportistas también, todas las mañanas salen a correr, supongo que lo herede de ellos. Quiero estudiar medicina, pero no se si pueda terminar la carrera, dicen que es muy complicada, y  nunca fui muy buena en los estudios, supongo que la inteligencia no es algo que se herede.

— No abandones antes de empezar, ya has llegado lejos, son pocas las personas que consiguen becas, si la conseguiste por algo fue- 

— Porque soy rápida. — Me interrumpió en el medio de la frase.

— Y porque eres persistente, cuantos años tienes?

— 18, pronto cumpliré los 19.

— Bueno, no cualquiera dura 8 años haciendo lo mismo, tienes que tener mucha voluntad para levantarte temprano todos los días temprano para ir a entrenar, yo no podría hacerlo, tienes una mente fuerte y eres decidida, eso a las universidades les gusta.