No, No & No.

Prólogo:

Todo ocurrió el día de una fiesta de caridad a la cuál asistí, todo era luces por todos los lados. Había una enorne multitud de personas bailando y gente en el sector del bar. Yo me encontraba con Emma, mi mejor amiga en unos asientos. Ella estaba concentrada besando los labios de un chico, a el cual ella había conocido hace unos minutos. Ella estaba completamente ebría y me preocupó. Sentí que alguien tocaba mi hombro por detrás, me giré y vi a un chico rubio, de ojos verdes sonriendome.

-¿Cómo te llamas? -Dijo sonriendo-

-Me llamo Zoe. -dije. El me miró de arriba hacia abajo y abrió la boca.-

-¿Zoe Parker? ¡No te creo!

-Si, soy ella. -Solté una risita.- ¿Cuál es tu nombre? -Dije sonriendo.-

-Lo siento, no puedo creer que te estoy conociendo siempre te veo en las pantallas de la televisión o en el cine y nunca creí que podría llegar a escuchar tu maravillosa voz y mirarte a los ojos en vivo y en directo.

-Gracias, creo.

-Por cierto, soy Alan.

-Alan. -murmure, el asintió.- Lindo nombre.

-Gracias, ¿Te gustaría bailar conmigo?. -dijo extendiendo su mano y sonriendo.-

-No lo sé, no quiero dejar sola a ella. -Apunté a Emma, que estaba bajo el chico con el que se estaba besando.-

-No creo que llegen a avanzar más. El alcohol los vuelve torpe. -Giré mi cabeza para ver el intento fallido de sacarle la blusa a mi amiga, el chico tiraba de ella pero su fuerza era casi nula, Emma estaba dormida en el asiento y el chico se rindió. Se durmió encima de ella.-

-Tienes razón. -acepté su mano y me paré.-

Nos dirigimos a la pista y empezamos a bailar.

-Es una pena que estés de novia. -Dijo Alan.-

-Realmente si, a mi John no me agrada. Mi manager y el de el arreglaron el noviazgo. No se lo digas a nadie, si no te corto la cabeza. -dijo riendo.-

-Lo lamento, no lo diré, gracias por confiar en mi.

Miré a Alan, sus ojos verdes miraban atentamente a los mios, su cabello rubio estaba peinado perfectamente, el chico parecía recién salido de una revista, vestía con unos pantalones oscuros, una polera blanca, zapatillas negras. Era lindo, por lo visto era respetuoso y no se pasaba de listo.

-Ya es tarde, creo que me voy. -Dije mirando al chico.-

-¿Te aburres mucho conmigo?

-No, no es eso. Ya hace frío y además mañana debo despertarme temprano para una nueva grabación.

-Ah, claro. ¿Podrías permitirme verte otro día?.

-Claro que si, Alan. Dame tu número.

-De acuerdo. -Me mostró su número en la pantalla de su celular y lo anoté. Lo llame y el guardo mi número.-

-Cuando quieras nos vemos, a menos que no pueda, adiós.

-Adiós linda.

Se despidió de mi con un beso en la mejilla, caminé hacia donde se suponía que estaba Emma, pero estaba vacío, ni rastro del chico ni de mi amiga. Marqué su número.

Primer timbre, nada.

Segundo timbre, nada.

Tecer timbre, nada.

Cuarto timbre, nada.

Buzón de voz, mierda. No contesta.

Quizé pensar de que ella estaba en su casa, durmiendo plácidamente en su cama, pero no podía ser tan ingenua e inocente. Era claro, se había ido con el chico y probablemente deben estar en la cama.