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Sands

El rostro de la chica está tan rojo que casi logro confundirla con un tomate, mí sonría crece y se que estoy jugando con fuego.

Pero no voy a negarlo, me encantará ver cuanto es que vamos a arder. Porque es lo que va a pasar, seguiremos con este absurdo juego de palabras y luego, cuando llegue nuestro instante, cuando tengamos nuestro abismo será todo un placer morir en la lujuria.

-Tranquila Heriz- sonrio y me alejo un poco de su cuerpo- solo te traje aquí para poder conocernos, para que me digas tus más impuros pecados

Su rostro era una odisea.

Ella sonrió un poco más calmada pero aún seguía nerviosa, podía notarlo.

-¿Para que quieres saber mis impuros pecados?- por su tono sabía que estaba siendo burlista- dime Sands, si yo confieso los míos ¿Tu me dirás los tuyos?

-Me parece un trato justo, pequeña Leiche.- mí sonrisa era ladina y si sonrisa parecía segura.

Luego entendí que ella estaba aceptando el juego, ella estaba segura de que este juego saldría bien entre nosotros. Y yo no soy quien para decirle que no.

Dirijo mí vista hacia ella, sus ojos me miran hasta que nuestras miradas hacen contacto. Estamos unidos por alguna retorcida y extraña razón, ambos sabemos que tenemos que estar en la vida del otro.

-De rodillas- mí voz es ronca-

-¿Perdón?- en su rostro hay un poco de confusión-

-De rodillas- repito- ¿No estarás creyendo que vas a confesar tus pecados impuros de pie, verdad? Así que ponte de rodillas, Heriz.

Con un asentimiento de cabeza y sin sacar la vista de mis ojos, sin romper nuestra conexión visual, se arrodilló. Vera, ahí, de rodillas con sus ojos pegados a los míos era la vista más excitante que había presenciado.

En esa posición se veía jodidamente sexy, pero el juego debía continuar.

Ella debe caer ante mí, ese el plan. No puedo permitirme caer ante nadie, mí devoción a quien reina el más allá es aún más grande que un cuerpo esbelto.

Heriz

-Ponte de pie, es hora de irnos- el comienza a caminar hasta la puerta del lugar.

Yo me levanto con la confusión estancada en la mente ¿Quería probar algo, acaso?¿Que quiso demostrar? ¿Por qué hacerme poner de rodillas para irnos luego?

Aún no he podido descifrar a Sands, su mente funciona de mil formas distintas, el es como aquel problema matemático que jamás puedes resolver.

Hay tensión entre nosotros desde que salimos de aquel lugar, no hemos hablado en todo el camino y el silencio me está haciendo entrar en la ansiedad.

Miro a mí acompañante y lo atrapó con su mirada sobre mí, es el quien aparta la mirada como si verme lo quemaría.

-Nunca dijiste de que va tu juego- rompo el silencio- si vamos a jugar quiero saber a qué.

-Con el tiempo vas a saber, la vida es más interesante si dejas que las cosas solamente sucedan- su voz tranquila- no siempre tenemos que saber lo que va a suceder, muchas veces necesitamos dejar que la corriente nos lleve..

-Ahora pareces filósofo- intento bromear

El arquea una ceja.

-Mejor cállate y vamos a los juego, aveces pareces un cotorra.

Y con eso el se encamino hasta un juego en el que hay que dispararle a unos extraños juguetes.

•••

Al llegar a casa, la oscuridad reinaba el lugar. Cada interruptor que podría irradiar luz y dar claridad a lo que llamo hogar, estaba apagado.

Un sonido proveniente de la planta alta llama mí atención y como suelen decir, la curiosidad mató al gato. Subí las escaleras y mil escenarios de situaciones que podrían suceder pasaron por mí cabeza, pero solo fue una falsa alarma.

La puerta de la habitación de mi hermana, que se encontraba al lado de la mía, podía ver que ella tenía la luz encendida. Toque dos veces y Kaiya salió.

Su aspecto parecía que hubo viento fuerte y ella salió a apreciarlo, alce una de mis cejas y ella solo regreso a su habitación sin decir nada.

Kaiya y yo, no nos parecíamos en absolutamente nada. Ella tenía el cabello negro y sus ojos eran azules, papá solía decir que no era hija de el. Mientras que yo tenía el cabello castaño y mis ojos eran de un color ámbar poco visto.

Saliendo del tema de mí hermana, camine hasta mí habitación y me tiré en mí cama como si no hubiese nada mejor en el mundo que ella.

Mientras me desvestia para poder acostarme a descansar, lo ocurrido con Sands vino a mí mente.

Creo que el y yo no somos tan distintos al final, solo que no coincidimos en nuestra manera de ver la vida. Ya que el la ve como algo pasajero, algo que lo llevará a lo el desea, yo veo y viví la vida como si después de esto no hubiera nada más, me gusta estar al límite.

A el le gusta la consecuencia y a mí el acto ante dicha consecuencia. Simplemente complementarios, uno con el otro.

Luego de vagar por mi mente intentando descifrar a aquel chico, caigo en un profundo sueño.





¿Que tal? Lamento subir esto después de casi un año...

Espero que la disfruten y prometo intentar actualizar seguido, apartir de hoy.

Bye.

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⏰ Última actualización: Jan 28, 2023 ⏰

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