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SeungMin estaba enternecido por la actitud de su pareja, JeongIn estaba encima de él, escondiendo su rostro en su cuello; disfrutando del olor de SeungMin. Por otro lado, JeongIn sentía tranquilidad. Cuando el mayor respiraba, se creaba una pequeña ola que hacía que su cuerpo se meciera. Como un arrullo, y eso le estaba provocando sueño.
— ¿Te estabas durmiendo? Eres como un bebé — canturreo abrazando al delgado chico.
—Shh...— Reprochó.
JeongIn agarró el rostro del mayor con las palmas de sus manos para darle pequeños besos. SeungMin realmente lo estaba apreciando, sabía que al menor le dificultaba ser afectuoso y se sentía especial al tener esa faceta amorosa donde JeongIn le hacía cariños.
— JeongIn, eres tan tierno — comentó con una sonrisa, el mencionado negó lentamente.
La habitación se hundió en un silencio cómodo, la pareja se dedicaba a darse besos largos y cortos, dándose caricias cálidas. La larga sesión de mimos termino y ambos chicos se miraron a los ojos.
— Promete que nunca dirás esto— pidió JeongIn con la pena fluyendo en él.
—Lo prometo.— Concordó SeungMin elevando su dedo meñique para entrelazarlo con el del menor.
— Bien
Los ojos de JeongIn brillaban de forma peculiar, Kim le observo entretenido.
— Eres perfecto, SeungMin.
— Tú también, JeongIn.
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