SONRÍE, REALIDAD

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Hay quienes las cosas lamentan
después de haberlas vivido.
Hay quienes las cosas lamentan
cuando ya se han ido.
Hay quienes lamentan haber nacido.
Hay quienes todo lamentan.
Y estoy yo, quién no lamenta nada.

Aquí hoy sonrío,
muy a pesar de mis pulmones estar congelando
con este olvido
y con esta sublime y matinal brisa de invierno.

Aquí hoy hay pajarillos
despertados por el frío viento,
que alegremente revolotean y dan vuelcos en el aire,
intentando quizás calentarse un poco.

Aquí he vuelto a pensarte...

Mientras por tu cálido recuerdo soy abrigado,
le escribo a la mujer que amo.

Al este, entre el cielo nebuloso,
sus narices el sol asoma,
intentando leer posiblemente
lo que te escriben mis manos.

Aquí no hay secretos
y todos espero sean testigos,
de mis suspiros,
de la lluvia de mis ojos,
de mis ganas de estar contigo;
pero aquí hoy te miro,
como un increíble ser,
en esta flor que crece en mi pecho,
en esta vida que ya no es contigo.
Flor del alma... le digo.

Y como una de ellas,
como una flor hermosa de un rosa gracioso
se tornarán tus mejillas;
lo imagino así,
como imagino también
tu timidez encantadora

al ser molestada por los pajarillos,
con ellos te enfadarás
y conmigo mucho peor te pondrás,
me odiarás sin motivo
y entonces me recordarás,
y yo estornudaré,
porque dicen que cuando se es recordado
eso sucede,
entonces sonreirás y al igual que tú
yo te recordaré y sonreiré también.
En ese instante estaremos juntos.
Conectados a la distancia
por el hilo rojo de nuestros pensamientos.
Unidos por una flor del alma.
Reunidos por un estornudo,
por esos que para mí serán mágicos momentos
y no simples suspiros.

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