El Hermano de mi Mejor Amigo [Fred W. x Harry P.] © ✔️

Extra: Tom y Fred en la Explosión

Fred Weasley

Después de despedirme, fui a los subterráneos, y me encontré con Tom, ambos peleábamos contra muchos mortífagos. Hasta que vimos a un mortífago, Augustus Rockwood, colocó una bomba, a escasos metros de distancia de nosotros.

—Mierda.

—¡Tienen 1 minuto! —corrió.

Los demás contrincantes no nos dejaban escapar. 15 segundos. Hasta que por fin nos soltaron, pero ya era tarde.

—¡Fred corre! ¡corre, ahora! ¡vete!

—¡¿Estás loco?!

—¡Sabes la respuesta de esa pregunta! ¡vete!

Le hice caso, y corrí.

5... 4... 3... 2... 1.

¡¡BUM!!

Salí volando, consiente, pero poco. Espero que Tom haya salido...

Minutos después, vi a George y Harry.

—¡¡Hermano!! —gritó el pelirrojo—, ¡estás bien! ¡hey, tranquilo!

Se arrodilló y me abrazó, al igual que Harry.

—¿Logró salir? —pregunté.

—¿Quién?

—¡Pues Tom! ¡¿lo logró?!

—¿Q-qué...? —habló de nuevo mi hermano—. N-no Fred...

—Él... me dijo que corriera, le hice caso, y luego, ¡bum!, explosión... no lo logró, ¿cierto?... —me estaba asfixiando cada vez más.

—No, no salió...

—Tenemos que irnos —dijo el azabache—, el aire es poco... ayúdame con Fred.

— • ~ • — • ~ • — • ~ • —

Tom Riddle

Los subterráneos habían quedado completamente destruidos tras esa explosión.

Le dije al otro chico que corriera, y él sí alcanzó a salir, yo, en cambio, me quedé atrapado, casi ahogándome, pues había demasiado humo.

Hasta que encontré una salida, y me fui corriendo. Hasta que vi a George, se estaba quedando sin aire.

—¡¡Tom!! —me estaba buscando. Cuando cayó de rodillas, fue cuando llegué con él.

—Vamos, tenemos que salir de aquí. —lo ayudé a levantarse, él estaba casi muerto—. ¡Hey!, ¡hey!, ¡quédate conmigo!

Cuando estuvimos a nada de salir, por fin me pudo ver, no dudó un segundo, y me besó.

—Cariño, vamos, necesitas respirar... —asintió y seguimos caminando.

Al abandonar los subterráneos, yo sabía bien que él estaba cansado, así que lo cargué, y se quedó completamente dormido.

Entramos al castillo.

—¡George! —gritó su gemelo.

—Tranquilo, solo está un poco asfixiado, fue a buscarme, pero, se equivocó de camino, y fui a sacarlo antes de que se ahogara...

—Gracias Tom, de verdad, ¡muchas gracias!

Lo recosté, y minutos después, despertó tosiendo.

—¡Estás bien! —exclamó Fred—. ¡Te dije que no te fueras!

—Al menos mis esfuerzos valieron la pena, ¿cierto?, d-dime por favor que no fue solo alucinación...

—No fue una alucinación, amor, aquí estoy. —al voltear, me, iba a levantarse, pero, seguía débil, además de que no lo dejé—. Quédate ahí. —fui yo quien se acercó dándole un casto beso.