Free hugs

¡Al fin!

Al final del día, Izuku se sentía demasiado exhausto como para quedarse a conversar en la sala común, por lo que después de cenar se duchó y se fue directito a su cama.

Mientras se tapaba con los cobertores, se puso a pensar en los acontecimientos del día.

¡Al fin había podido abrazar a Kacchan!

Y no solo eso, ¡Kacchan también lo había abrazado!

Estaba en las nubes al recordar la calidez a su alrededor y el olor a caramelo que tenía el contrario.

Ahora que sabía que a Kacchan no le molestaba, había seguido abrazándolo cada que se lo encontró. Claro que a diferefencia de los dos primeros del día, estos abrazos habían sido casi fugaces, pero no por eso eran menos especiales.

Se hizo bolita y abrazó su almohada ocultando en ella la sonrisa que no podía quitar de su rostro. Simplemente estaba feliz...

Cuando ya estaba por quedarse dormido, unos toques en su ventana lo sacaron de su sonmolencia. La verdad le daba mucha flojera levantarse, pero tenía que ver quién o qué hacía ese ruido, así que aún envuelto en sus mantas, se acercó a la ventana.

— Oi Deku, apúrate — escuchó la voz del cenizo cuando estaba a solo unos centímetros de abrir la ventana.

— ¿Kacchan? — preguntó confundido — ¿qué haces aquí?

— Ven conmigo — pidió justo un poco antes de notar que el pecoso estaba envuelto en sus mantas.

Katsuki soltó una carcajada haciendo que el pecoso se sonrojara. Pero una vez se hubo calmado, tomó al pecoso con todo y mantas, y se lo puso en el hombro — Pensándolo mejor, yo te llevo.

Izuku soltó una queja al verse cargado como saco de papas pero no hizo nada más para oponerse.

Después de algunos minutos, Izuku reconoció el camino que estaban tomando y supo hacia dónde se dirigían: Ground Beta.

Estaba ligeramente nervioso por eso, pero le ganó la curiosidad de saber qué quería Kacchan, así que se dejó llevar.

— Muchas cosas cambiaron aquí — dijo Katsuki mientras lo bajaba una vez que llegaron al lugar.

— Si...lo recuerdo — susurró Izuku mirando los ya conocidos edificios del lugar.

En ese lugar habían aclarado las cosas por primera vez, cuando Katsuki supo que Izuku nunca lo miró por encima del hombro y que su admiración era genuina. Claro que esa vez no le traía muy buenos recuerdos, pues todo eso pasó mientras peleaban.

La segunda vez que estuvieron allí en cambio, le traían mejores recuerdos pues Kacchan lo había llevado a ese mismo lugar para disculparse por todo el mal que le había causado.

— ¿Y te digo algo? — continuó el cenizo haciéndole una seña al peliverde para que lo siguiera — Nunca me había imaginado que terminaría siendo un puto desastre de lágrimas igual que tú — dijo recordando las dos veces que llevó ahí al pecoso y terminó llorando frente a él.

— ¡Oye! — se quejó el peliverde dándole un ligero golpe en el hombro. Solo entonces se dio cuenta que iban caminando lado a lado. Sonrió ante el hecho, pues esos pequeños detalles eran los que le mostraban lo mucho que habían avanzado.

Katsuki le devolvió el golpe y se rió ligeramente por el reclamo del menor, pero no detuvo su caminata hasta que estuvieron en el centro del complejo.

Una vez allí con ayuda de sus explosiones subió al techo de uno de los edificios. Izuku al verlo, se aferró a sus mantas antes de activar su quirk y subir igualmente al edificio.