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El timbre sonó indicando el inicio de la clase, y por lo tanto el inicio del año escolar. Pronto la profesora alzó la voz e indicó algunas cosas.

—¡Escuchen todos! — exclamó —Hagan una fila, los más bajitos adelante y los más altos atrás — ordenó de manera amable.

—No tengo idea de donde debo ponerme — me pregunté a mi misma.

Giraba mi cabeza intentando ver en que parte de la fila iría yo, sin embargo, una mano tomó la mía tomándome por sorpresa.

—Tu vas aquí, enfrente de mí — habló una chica con una agradable sonrisa —Soy un poco más alta que tú —

—Ah si, gracias — dije con un poco de vergüenza.

—Bien — habló de nuevo la profesora —Se sentarán de acuerdo a la lista —

La profesora comenzó a nombrar a distintos alumnos y a asignarles sus respectivos asientos, no tardó mucho en nombrarme a lo que simplemente me senté en mi nuevo asiento.

—No puede ser, me tocó en la segunda fila — me quejé para mi misma de nuevo.

Pronto una mano en mi hombro me distrajo, a lo que volví la cabeza para saber de quien se trataba.

—¡Que coincidencia! De nuevo estoy detrás de tí — habló la chica que me había puesto frente a ella en la fila.

—¿Qué coincidencia no? — pregunté de una manera incómoda, me resultaba extraño lo extrovertida de esta chica, pues me hablaba como si fuéramos amigas de toda la vida.

—Ah si, ¿Cómo te llamas? — me preguntó con total confianza.

—Me llamo Ivanka — respondí.

—Jamás lo había escuchado, bueno yo soy Isis, gusto en conocerte — me ofreció su mano, la cual tomé y agité en modo de saludo.

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Las horas de clases pasaban, por momentos las sentia demasiado lentas y por otros sentía que había pasado mucho tiempo en un solo parpadeo.

—Bien — habló el profesor —La clase terminó por lo que llevan de tarea hacer unos apuntes sobre lo que entendieron de la clase — anunció.

Algunos alumnos bromearon en voz alta sobre no haber entendido nada hasta que una maestra apareció en la puerta.

— Isis Vega, pasa a la oficina cuando puedas — pidió la maestra.

—Eh...si — respondió ella.

15 minutos transcurrieron desde que la clase terminó y ella se fue, aunque decidí esperarla ella no aparecía, por lo que decidí marcharme.

Salí de la escuela y me acerqué a mi bicicleta, mi casa no quedaba muy lejos por lo que me pareció buena idea aprender a usarla en vacaciones y transportarme fácilmente, aunque de camino a la escuela tuve varios tropiezos.

Estaba intentando moverme pero por alguna razón la bicicleta no cedía.

—Estúpida bicicleta barata, asquerosa, tonta y fea — me quejé ridículamente en mi mente. Menos mal lo hice, sería vergonzoso qué alguien me escuchara insultar un objeto innanimado.

Una risa detrás de mi me hizo girar mi cabeza con vergüenza

—¿Tienes problemas con esa cosa? —preguntó Isis, que era la que rió a mis espaldas.

—¿Me escuchaste? — pregunté con vergüenza.

—¿Escuchar qué? — preguntó de vuelta —Y no, no escuché nada solo te vi colapsando internamente por no poder avanzar. No importa, dejame ayudarte — ofreció y se montó en mi bicicleta sin siquiera pedirlo. A lo que me quedé callada apretando el manubrio.

No pasó mucho antes de que cambiáramos de lugar el tomando el manubrio y preguntando la dirección de mi casa.

—Si no sabes usar una bicicleta ¿Por qué no solo te vas en autobús? — cuestionó.

—Bueno, necesito hacer ejercicio —

Dejamos ahí la conversación y ambas nos quedamos calladas unos cuantos minutos, pero el silencio se vió interrumpido al pasar por un puente con una linda vista.

—¡Ey, espera, espera! —exclamé.

Isis frenó de golpe y casi nos caemos pero me incorporé velozmente para sacar mi cámara.

—¿Te gusta la fotografía? —preguntó

—No — respondí —Me gusta dibujar, pero uso imágenes de referencias ¿Es bonito el atardecer no? — cuestioné

—Si, lo es —

Volví a subir a la bicicleta y no pasados 5 minutos llegamos a su casa primero, a lo que ella bajó de la bicicleta y me sonrió.

—bueno, yo vivo aquí — dijo para darse la vuelta, pero tras dar unos pasos giró de nuevo hacia mí.

—Ivanka...— calló unos segundos —Ve con cuidado — dijo cálidamente.

—Lo haré...adiós—

ANILLO DE LUZ⪧ ⸻  NISISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora