los chicos buenos no mienten | jinsu

𝗢𝟮. 𝗦𝗘𝗢𝗞𝗝𝗜𝗡: nunca podrás deshacerte de mi.

Andar en bicicleta por todas partes es un puto problema. Muevo mis piernas rápido para avanzar más rápido. Hace un millón de grados aquí, en Busan, y el sudor me cae por la cara, picándome los ojos. Desearía un maldito coche con aire acondicionado.

Pero esta es mi única opción.

No podré permitirme un coche pronto; hay cosas mucho más importantes en las que necesito gastar mi dinero. Como el alquiler de mi casa de mierda. 

Me mudé del cuarto alquilado de mi madre a otro. Sí. Mi madre vive en un cuarto alquilado y sí, hace cuatro meses yo también vivía allí. Pero gracias a que el padre de Jimin me consiguió este trabajo de mecánica, ahora me pagan lo suficiente para pagar mi propio cuarto alquilado con tarifa mensual.

El sur de Busan puede joderse. Nadie puede permitirse vivir aquí. Los mega-ricos se quedan en otra parte de la ciudad y nuestros barrios están deteriorados, pero sigue siendo demasiado caro. Esa es una de las razones por las que mi madre eligió vivir en un cuarto alquilado y no en un departamento. Es más asequible y no tuvo que preocuparse de pasar una verificación de crédito ni nada de esa mierda. Un tipo de adolescente y adulto, al mismo tiempo, como yo no tiene nada que hacer en un cuarto de una habitación con su madre. No funciona y hace que no tenga ganas de volver a casa.

Así que, en cuanto recibí mi primera paga, encontré un cuarto en un edificio de dos pisos a pocos minutos de la suya y me mudé.

Los "edificios" con cuartos de alquiler como este son un sucio secreto para los turistas. Son una parte de la vida de la que nadie habla. Hace que la gente que viene se sienta incómoda al reconocer la pobreza en la "gran" Corea del Sur.

Cuando mi mamá y yo nos mudamos a nuestro primer cuarto de alquiler fue justo cuando empecé la escuela secundaria. No se lo dije a nadie, porque me daba demasiada vergüenza. Me negué a tomar el autobús a casa, para que los otros niños no lo vieran detenerse frente a la cadena de barrios pobres de la avenida Blue Side. Durante un mes seguido, caminé kilómetros al día, hasta que finalmente le pedí a mi madre que me comprara una bicicleta.

Conseguir algo más que una bicicleta era un lujo, así que me compro una de segunda mano y desde entonces ha sido mi principal medio de transporte.

Ese fue el día que vi por primera vez a Yoongi. Incluso entonces, tenía el pelo negro como la noche más oscura y alborotado como si se acabara de despertar. Yo me había caído practicando por primera vez con mi bicicleta, me rasgue la rodilla y, cuando levanté la vista, lo vi sentado en una escalera. Parecía un niño pequeño, no de mi edad.

Tomé mi bicicleta y entré en mi estrecho cuarto de alquiler. Había una pequeña posibilidad de que fuera realmente un niño de secundaria y tenía que asegurarme de que no me reconociera.

Al día siguiente, me fui por primera vez en bicicleta hasta mi casa y me sentí jodidamente bien. Era libre; sólo me caí una o dos veces intentando hacer el truco de manejarla sin manos. Pero cuando me detuve frente a mi casa, me di cuenta de que el chico pelinegro volvía a estar sentado en el mismo sitio. Y esta vez tenía una mochila a su lado.