Una madre y su hija caminan por el comercio, el clima se nota algo soleado. Es un día común para todos. Dónde la monotonía invadía ese pequeño pueblo.
-Madre, Madre ¿que está haciendo ese señor?- Exclamó la niña con curiosidad, mirando a su madre.
-Sólo está haciendo un postre, nada del otro mundo- Dijo la madre, con algo de prisa
-¡Se ve muy divertido! ¿Puedo ir a ayudar?- Dijo aquella niña con mucha espectativa.
-No tenemos tiempo en este momento, ni dinero. Sabes muy bien que tu padre está buscando trabajo y no podemos desperdiciar con tus idioteces.- Comentó la madre, algo enojada.
...
*Suena la alarma y aquella chica se despierta algo asustada, con una respiración bastante agitada.*
...
(Un recuerdo... que raro, casi nunca sueño algo. Mejor me apresuro debería ir con el dueño del local... Ya le había pagado la renta, pero no he ido por las llaves del local). Pensaba con algo de frustración, aún sin calmar su nerviosismo.
'Aquella chica tenía su primer día de trabajo en su repostería, es algo común estar nervioso en un momento cómo este pues se debe estar preparado para cualquier situación. La chica salió a la puerta de su casa.'
-Este día es algo lluvioso- Comentaba la chica, mientras sacaba su mano por la puerta, notando como caían algunas gotas, no era muy grave...
'El nombre de aquella chica asustada es Akemi, Akemi Fukuda. Ella se dirigía a su lugar de trabajo.'
Luego de llegar al local Akemi prepara todo con mucho esfuerzo; cada cosa en su respectivo lugar, poniendo algunos postres en la vitrina, estos los había hecho en su casa.
La cocina estaba algo vacía pues Akemi es la única que trabaja allí, ella sólo había estado en ella una vez; esa cocina es un lugar agradable, los postres que se pueden preparar en este lugar son magníficos, un lugar donde puedes cocinar lo que desees y expresarte a tu manera.
Mientras organizaba aquella chica trabajadora coloca un cartel en la ventana que decía lo siguiente: -Se buscan empleados, contactenme al +56 ........-
-Espero que hoy pueda conseguir empleados, trabajar sola aquí es complicado- Comentó Akemi mirando a la ventana, en esa mañana lluviosa.
La lluvia había aumentado, cada gota se veía escurrir por tal vidrio; hacía bastante frío, un frío que te hacía temblar y buscar un refugio.
De la nada la chica comenzó a agitarse y caminar en círculos mientras pensaba:
(¡OH NO!!! OLVIDÉ HABLAR CON EL DUEÑO DEL LOCAL, debo de pedirle las llaves del almacén. No quiero ni pensar en que me dirá el día de pagar la renta.)
La chica, con miedo se dirige al lugar dónde se encontraba el vendedor, le temblaban las piernas y manos, estaba muy nerviosa, puesto que el dueño de tal lugar no era muy carismático ni amable.
Tomando un poco de valor e impulso para hablar Akemi comenta con pánico, mientras bajaba su cabeza.
-Se...Señor puede usted entregarme las llaves del almacén, por favor.--Tómalas y vete.- Comentó el viejo sin paciencia, tirándole las llaves a la cara de la chica, sin algo de compasión.
-Gracias.-
(Quién se cree ese tipo, tirándome las llaves en la cara...) Pensaba la chica mientras volvía a su repostería.
' En eso suena la campana de la caja, Akemi se dirige con rapidez, corriendo al mostrador para atender a sus primeros clientes, con emoción, aunque algo agitada por eso. '
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Akemi's Bakery
Short StoryUna chica con un sueño, ¿Suena ridículo no? Pues si trabajas con mucho esfuerzo tus sueños se harán realidad. Los amigos son la mejor manera de poder lograr lo que te propongas. ---------------- Esta historia es una especie de borrador para realizar...