The Notebook

Capítulo VI

Holaaa feliz año nuevo 2024!!
Comentad, votad y disfrutad mis amores❤️
Pd: yo aviso cuando darle click a la canción
Enjoy!
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Por más que intentó ser sigiloso a la hora de entrar a casa, con botas en mano y caminando de puntillas, nada lo salvó del interrogatorio.

—¿Louis?

Relajó la espalda y dándose por vencido, soltó las botas de trabajo, provocando un gran estruendo cuando chocaron contra el suelo de madera.

—Soy yo, papá.

—¿Y qué es eso de llegar a casa y no saludar a tu padre? Te quiero en la cocina antes de que cuente tres. —Dijo  en tono serio, pero aun así, podía oír la sonrisa en su voz.

Suspiró. Tendría que pasar por esto.

Entró en la cocina con sus manos a la espalda y la cabeza gacha, sintiéndose igual que cuando a los ocho años, él y Zayn se acercaron a su padre para decirle que habían roto la valla del jardín mientras jugaban a trepar. Se pasaron todo el verano arreglándola, pero al final no pudieron estar más felices al ver el buen trabajo que habían hecho.

Sin embargo dudaba que después de esto se sintiera feliz.

Al frente se encontraba un hombre de unos cincuenta y pocos años, sentado en la mesa de la cocina mientras leía nuevas recetas para poder hacerlas y sustentar su pequeña familia, por más que se esforzaba, cocinar no era su fuerte.

Se giró con una sonrisa que se borró al ver a su hijo cubierto de sangre.

—Louis... ¡Oh dios mío! ¿Estás bien? ¿Quién te ha hecho esto?

—Estoy bien papá...

—No lo parece. Vamos, quítate la camiseta y siéntate aquí, tengo que ver si tienes alguna herida.

Robert actuó rápidamente, yendo a buscar un cubo y llenándolo de agua y jabón para desinfectar, buscando en su antiguo botiquín unas vendas. Cuando observó a Louis sin camisa de cerca, se dio cuenta de que el único lugar donde estaba lastimado era en los nudillos.

Empezó a limpiarlo y aplicó un trapo húmedo suavemente sobre su piel lastimada.

Louis siseó.

—Hijo... necesito que me digas qué pasó.

Louis no podía ni levantar cabeza para mirar a su padre, se moría de la vergüenza. Ese hombre se esforzaba tanto a diario para sacarlo adelante, para darle una buena educación, lo había cuidado con tanto amor... ¿Y cómo se lo pagaba él? ¿Siendo un matón? Su padre lo sacó de sus pensamientos acariciando su cabello.

—Está claro que la sangre de la que estabas cubierto no es tuya, has lastimado a alguien. Por favor, no me preocupes más y cuéntamelo.

Louis sollozó bajando la cabeza.

—No quiero que pienses mal de mí.

—Louis, mírame.

Robert llevó su mano a la barbilla de su hijo para asegurarse que fijara la mirada en él. Lo vio con un pronunciado ceño fruncido, los ojos llorosos y los labios temblando. Conocía a su muchacho, era imposible que hubiese herido a alguien porque sí.

—Me da igual lo que digan los demás, no me importa nada más que la palabra de mi hijo. Jamás he dudado de ti y sé cómo es el hombre en el que te has convertido, confío en ti. ¿Lo sabes, verdad? —Louis asintió mirándolo—. Entonces confía tú en mí y dime que pasó.

Una amarga lágrima cayó lentamente por la mejilla de Louis a la vez que este cerraba los ojos, apretándolos con fuerza, sintiéndose indigno.

Quería tantísimo a su papá.