Spiel Mit Mir: Past | Björn x Ivar (Vikings)

Capítulo 3: Bajo la gravedad del agua

Aslaug llamó a sus hijos para comer, hundiendo la reunión matutina de la familia con preguntas curiosas dirigidas a la reina, pues ella había sido la primera en hablar con Ragnar. Sin embargo, quien lucía algo distraído a diferencia de sus hermanos era Ivar, quien no dejaba de mirar hacia la puerta exterior esperando que alguien entrase a su busca. Estaba demasiado curioso por saber si su padre se había traído algo entre manos o no, si tenía algún ofrecimiento que otorgarle a Björn que pudiese hacerle cambiar de opinión en sus planes de su viaje largo. Quizá Ragnar traía alguna nueva tierra, una nueva aventura en la que pudieran ir todos los hermanos, o, por el contrario, simplemente deseos de descansar en su hogar; nunca se terminaba de saber qué esperar de Ragnar Lothbrok.  Él era impredecible, detalle que Ivar al parecer había heredado de él plenamente.Su madre le había ofrecido comida pero él la rechazó, sin tener su típico apetito. Sin embargo, no rechazó el hidromiel del que bebió un poco. 

Aparte de querer saber que estaba ocurriendo, también deseaba saber el motivo exacto por el que su padre había preguntado a los mayores quién quería ser rey. 

Tras un par de horas hablando con su padre y tras comer algo junto a él, Björn decidió partir de vuelta a su propio hogar que estaba algo apartado del pueblo, terminando por refugiarse en su inmensa y predecible soledad que siempre le acompañaba. Tras aquello, no supo donde iría su padre, tampoco se lo quiso decir, tampoco le interesaba. No le dijo que haría ni que planes tenía más allá de unas simples indicaciones. La venganza... era algo que siempre acabaría con el legado de Ragnar.

Björn, en cambio había preferido pasar toda la tarde en su hogar, en compañía de sus planes mentales y aquel pedazo de tela que guardaba con sumo cariño, abriéndole las puertas a un nuevo mundo. 

Toda la gente del pueblo se disipó después de pasar por las emocionantes vueltas de dos pilares de Kattegat. Ivar seguía ahí, atento, esperando como un can la vuelta de un amo. Unas pocas horas después Ragnar apareció, pero no era quien esperaba Ivar. El menor miró a su alrededor esperando ver a Björn detrás de él, pero nada apareció. Tuvo que hablar con su progenitor para saber a dónde había ido su hermano para ir hasta allí solo, arrastrándose. Tardó en llegar y cuando lo hizo quedó en la entrada de la cabaña.

—¡Björn!—Exclamó desde allí bastante animado, esperando a que saliera a recibirlo como cuando eran más pequeños—.  ¡Sal de ahí, que el Ragnarsson más pequeño quiere pasar tiempo contigo antes de que te vuelvas a ir! Tenemos charlas y entrenamientos pendientes...—Susurró a lo último, un comentario que tiró más para él que para el mayor. 

El hecho era que lo había extrañado bastante, más de lo que admitiría en voz alta, más de lo que podría extrañar a cualquiera de sus hermanos, o, por lo menos, de forma totalmente diferente. Buscaba los momentos para poder estar con él, y quizá era demasiado evidente pero sentía que ya no tenía tiempo que perder. Björn se iba a ir al mediterráneo, y quizá sería la última vez que lo vería. 

Björn se sorprendió al escuchar la voz de su hermano gritando por él. Por ello se asomó por la puerta tras unos minutos con el ceño levemente fruncido en un gesto curioso y extrañado.

—¿Ivar? Pensaba que preferirías hablar con padre antes de... bueno, de lo que sea. 

Salió de su hogar para acercarse a él, contemplando el frío húmedo que comenzaba a posarse sobre sus pieles manchadas.

—El viejo está agotado, debe descansar o algo así. O prefiera pudrirse bebiendo hidromiel hasta quedar dormido, no lo sé. —Mencionó con una sonrisa burlona fijando sus azules en el mayor quien lucía algo confundido probablemente por su presencia, cuestión que dejó algo incómodo al menor—.  ¿Interrumpo algo...?