Capitulo 1

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-Ey! deténganse!, déjenlo en paz! - el pequeño de rizos alborotados gritaba desesperado mientras intentaba atravesar entre dos chicos que retenían su paso - no ha hecho nada, ¡déjenlo! - el grupo de niños seguía lanzando piedras al ave que estaba en un rincón sin poder volar. - ¡detenga.. - el pequeño cayo de cara al suelo al lograr zafarse de un niño, al levantar su vista y limpiarse la tierra de los ojos logro ver una cesta volar y chocar contra dos que golpeaban al pajaro.

- se mueven pendejos o les reviento la cara - una chica de unos 16 años se acercaba rápidamente gritando - viene la loca, corran! - todos excepto el que seguía limpiando sus ojos de la impresión arrancaron, cuando logro levantarse, vio a  la chica agachada  tomando el ave lentamente entre sus brazos - ay pequeñito que te hicieron - el animal se quejaba débilmente mientras la chica acariciaba su cabeza - m-mi tía puede curarlo, s-solo debo llevarlo a casa - dijo tímidamente - me llamo Antonio, muchas gracias señorita - la chica giro su cabeza algo sorprendida para luego sonreír - mucho gusto Antonio, soy Ana, si tu tía lo puede curar seria lo mejor que fueras rápidamente, se nota le duele mucho y puede tardar días en sanar esa ala rota - Antonio la miro extrañado - ¿no conoces a mi tía? ¿Julieta Madrigal? - era muy extraño que nadie conociera a su tía, todos en el pueblo habían sido sanados por ella en alguna ocasión - oh lo siento, no conozco a mucha gente - la chica se quito el abrigo que traía y envolvió al herido como un bebe y se lo paso a Antonio, mientras se dirigía a levantar su canasta - lo lamento, me tengo que ir ya, espero que puedan sanar al pequeñín- se despidió de ambos con la mano y decidía irse - Señorita Ana! - Antonio se dirigió rápidamente a la chica - hoy celebraran en mi casa una fiesta porque recibiré mi don, me gustaría mucho que fueras, es la ultima casa en esa dirección - dijo apuntando difícilmente con unos dedos, Ana lo miro un poco confundida - ¿don? nunca me han invitado a una fiesta, ¿tendré que ir arreglada? no tengo mucha ropa, pero... me gustaría, intentare ir - una sonrisa tímida se mostro en ella mientras en el menor se formaba una gigante, terminando despidiéndose y corriendo a su casa para ver a su tía.



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