Capítulo 1

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Kang Yeong



— Te amo

Fue la última palabra que resonó por mi mente antes de que pudiera despertar. Gotas de sudor rodaban por mi frente y mi pulso se había acelerado como si estuviera corriendo un maratón. El sonido de mi despertador sonó, indicando que eran las cinco y media de la mañana, la hora en la que siempre me levantaba para ir al trabajo.

Suspire frustrado apagando la alarma, los sueños volvían a aparecer. No recuerdo cuando fue que inicio todo esto, tal vez fue la noche que cumplí veinte años, había sido el sueño mas largo que recordaba. Siempre cuando iniciaba la época de invierno los sueños aparecían y se iban la primera noche de primavera.

Al principio pensé que era normal, pero los sueños se empezaron a apoderar de mis noches, por las mañanas despertaba sudando y alterado. La escena nunca cambiaba, siempre era la misma una y otra vez. Yo diciendo la palabra te amo mientras un dolor inexplicable se expandía por todo mi cuerpo a tal punto de quedar inconsciente.

Era realmente raro lo que sucedía y siempre en la misma estación del año, porque no lo se. Lo que si sabia es que necesitaba respuestas.

Me levante de la cama directo a asearme para poder arreglarme y tomar rumbo a mi trabajo. Al poner un pie afuera de mi departamento el frio del exterior me abrazo tan fuerte que un temblor se hizo presente en mis labios.

Acomodé mi mochila sobre mis hombros y me dispuse a hacer la caminata de todos los días, salvo los días que llovía, cuando eso sucedía tenia que tomar el colectivo para llegar rápido.






Faltaba media hora para que dieran las siete de la mañana y ya se podía observar movimiento por las calles, gente corriendo y otras caminando directo a su trabajo. Cuando por fin estaba afuera del edifico al que tenia que entrar alguien puso su brazo sobre mis hombros dejando caer su peso.

— Buenos días Yeong, toma pase por la cafetería por la mañana y te he traído un café.

Menciono un castaño extendiendo el café, tome el café aun caliente entre mis manos.

— Gracias, es la primera vez que te veo llegar temprano.

Dije mientras tomaba un sorbo de la bebida y caminábamos para entrar al edificio, saqué mi identificación y la pase por el verificador de la entrada.

— Fue un buen día para hacerlo.

Sonrió el castaño cuando llegamos al elevador del lugar.

Al llegar al piso indicado visualice a mis demás compañeros de oficina, algunos se habían quedado a dormir y otros recién acababan de llegar al igual que nosotros.

Camine hasta llegar a la oficina que compartía con mis colegas del departamento de diseño gráfico.

— Yeong, el jefe pregunto por ti, dijo que lo fueras a ver a su oficina.

Comento mi compañero cuando deje mis cosas en mi escritorio.

— ¿Sabes porque me necesita?

Respondí aun desconcertado por aquel aviso.

— No, solo pregunto por ti cuando me vio llegar, pensó que también ya habías llegado.

Dijo subiendo ligeramente sus hombros en señal de no saber.

Suspire y Sali del lugar con rumbo a la oficina de mi jefe, cuando llegue la secretaria me hizo la seña de que podía pasar a lo cual accedí y toque antes de entrar al lugar.

— Pasa.

Fue lo que escuche y me hizo abrir la puerta para que pudiera pasar.

— ¿Pregunto por mi señor?

Dije cuando ya me encontraba adentro de su oficina

— Así es Yeong, como vas con el trabajo de la semana pasada.

Dijo mirando unas hojas que se encontraban encima de su escritorio.

— Ya estoy por terminarlo señor, solo me falta hacerle unos ajustes y mandarlo a revisión.

— Muy bien, solo quería saber eso, nuestro cliente esta muy ansioso de ver el resultado al igual que yo, puedes retirarte.

Asentí y Sali del lugar. Bostece una vez que me encontraba afuera de la oficina. Volví a mi lugar de trabajo para culminar con la tarea que tenía que terminar sí o sí.






El tiempo se pasó muy rápido cuando se dio la hora de la comida, con mis compañeros nos fuimos a comer a un lugar cerca para no tardar tanto y regresar temprano. El lugar se sentía acogedor, me sentía nervioso y no sabía el porqué, solo era como una sensación indescifrable.

Las ventanas del lugar daban vista a la calle de afuera y podía apreciar la gente que pasaba por las afueras del lugar. De pronto las hojas de algunas plantas que se encontraban afuera comenzaron a moverse, a lo lejos pude observar un pequeño avión de papel que descendía y caía al lado de una campanilla de invierno que estaba en una maceta.

Sonreí sin motivo, pero desapareció cuando una persona se agacho y tomo entre sus manos aquel avión de papel, no podía observarla bien, pues su cabello tapaba gran parte de su cara, solo sus labios podían distinguir, una sonrisa apareció en ellos y un vago recuerdo apareció, aquella sonrisa ya la había visto de algún lado, solo que no conocía a la persona que se encontraba afuera.

Noches De InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora