¿Y si es solo una ilusión?, ¿Si todo esto es realizado por mi cabeza?
De verdad que deseo todo eso en este momento, porque nadie espera estas cosas en su vida.
Somos muy jóvenes para esto.
*No sé aceptan adaptación o copias sin mi consentimiento. Si...
Mire devuelta la habitación en las que habíamos estados durante ya 5 meses, volteo a ver a Cheong-san quien estaba cerrando la maleta
—¿Ya estás lista?— me preguntó
—Si— murmure
—Ya vamos— este me tomo de la mano mientras caminábamos a los autobuses
La ciudad de Hyosan había sido dada de alta fuera de infección, nos habían dado luz verde para volver a nuestras casas en Hyosan, no sabíamos nada de Nam-Ra y eso nos preocupaba, subí al autobús con Cheong-san atrás de mi, sonreí viendo a On-jo en un asiento y tome atrás de ella el mío, Cheong-san subía la maleta en la parte de arriba y se sentó a mi lado
—Que bonito me bebé— hablo con un puchero poniendo su mano en mi vientre, este se veía más que antes—¿Quieres algo?— pregunto, últimamente eh tenido muchos antojos y este sepa cómo siempre los consigue
—Crema batida no estaría mal— murmure acomodando mi cuerpo en el asiento
—Llegando te lo conseguire— asentí mientras cerraba mis ojos y sentía como el autobús avanzaba, fueron solo unos minutos para estar enfrente de la cuadra en la que estaban los departamentos, se veía impecable todo
Comíamos los tres hacia los departamentos, On-jo y Cheong-san llevaban maletas, era obvio que yo no por qué siempre había un joven gruñón que se enojaba si cargaba las cosas o me excedía con mi condición, mire el edificio para entrar a este y tomar el elevador, seguía funcionando después de todo y lo agradecía, no podía subir las escaleras con dos pesos
El elevador se abrió y entramos en este para subir, ninguno decía nada, bajamos cuando las puertas se abrieron y caminamos por el pasillo, al final de cuentas ninguno tenía a nadie que lo esperara en casa
La primera en llegar a su departamento fui yo, abrí este colocando la clave para poder entrar, ingrese a este viendo que todo seguía igual que como lo había dejado, mire atrás y Cheong-san entraba con la maleta
Camine al refrigerador por suerte siempre tenía comida enlatada y no fresca, busque entre las cosas tomando la crema batida, me fijé en la fecha y faltaba un mes para que caducara, la abrí y la metí a mi boca, sabía tan rica mire a la puerta viendo como alguien me sonreí
—¿Qué?— hablé con la boca llena
—Nada, te ves tierna— hablo este
—Es culpa de tu hijo— lo señale con la crema batida
—Si, bueno, el tiene que comer lo que le guste, será consentido por mi parte— habló
—Ni lo sueñes, no quiero un bebé berrinchudo por no darle sus cosas—
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Me estiré del escritorio donde estaba, tomábamos clases en línea por qué seguíamos en cuarentena, escuché un toque en la puerta y le dije que pasará, Cheong-san asomó su cabeza
