Heeseung no entiende algo. Le encanta tener todo bajo control, le gusta estar un paso por delante del enemigo. Heeseung no está acostumbrado a favores y concesiones. Especialmente de Park Sunghoon. Hay algo mal, y el alfa está decidido a averiguar qué es. Lee se sienta en la cafetería favorita de Beomgyu y observa pensativamente cómo come el segundo pastel de queso.
—Y tuviste miedo—dice el omega con la boca llena.—Mi hermano se rindió. O su amor por mí superó todo lo demás .—Beomgyu alcanza un vaso de café con leche y toma un largo sorbo.
—No tenía miedo—interrumpe Lee bruscamente y nota cómo la sonrisa se desliza del rostro del omega.—Elige las palabras correctas. Tengo razones por las que estaba preocupado por nuestra relación. Eres demasiado joven para entender nada de esto—agrega suavemente el alfa y cubre la mano de Beomgyu con la palma.
—Estoy tan ofendido que no puedo ir contigo a la cena de la Casa—dice el omega con tristeza. —Se dice que toda la clase alta está allí, pero maldita sea, estoy seguro de que si doy una pista al respecto, definitivamente se pondrá furioso.
—Y con razón—dice el alfa con calma.—Todavía no hemos anunciado nuestra relación, y el hecho de que tu hermano te haya permitido verme no significa nada.
—Estoy tan contento de no ser un alfa, porque ustedes solo saben pelear—sonríe Beomgyu.
—También protegemos a omegas tan maravillosos como tú. Tengo una reunión en media hora, así que te llevaré a casa y nos encontraremos mañana—Lee se pone de pie y le da una mano a Beomgyu.—Prometo contarte todo sobre la recepción.
Heeseung besa brevemente al omega en los labios y lo lleva a la salida.
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—Si muerdes, rasguñas o te resistes, entonces ordenaré que te aten—Giselle se para en el umbral de la habitación de Sunoo y lo mira.—Después de un par de horas, acompañarás al jefe a cenar con los miembros del Consejo. Por lo tanto, necesito prepararte ahora.
—Átame—Sunoo se acuesta en la cama y se vuelve hacia la pared.—No dejaré que me toques.
—Eres un omega extraño—Giselle entra en la habitación y se sienta a los pies de la cama.—¿Cuál es tu problema? Eres su favorito. Además, en mi opinión, eres el primero que realmente le importa. Por lo general pierde el interés en omegas inmediatamente después de la primera noche. ¿Por qué te resistes? Estoy empezando a pensar que eres estúpido.
—¿Seriamente?—Sunoo se sienta en la cama.—¿Por qué soy estúpido?
—Porque le gustas, y actúas como un idiota. Deberías hacer que confíe en ti. Tienes que hacer que te ame. Es poco probable que el matrimonio tenga éxito en este caso, pero embarázate; da a luz un hijo y vivirás como un rey toda tu vida. Este es un comportamiento normal e inteligente, sin embargo, lo que estás haciendo en este momento es extremadamente estúpido.
