Capítulo 3: Llegada Al Imperio

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Se despidieron de todos en las grandes escaleras del castillo, se montaron el el carruaje real emocionadas. De camino al puerto donde embarcarían en el gran barco real, se miraban sin decir nada, estaban demasiado nerviosas para articular palabra.

Tara y Ryu estaban sentadas en el mismo asiento una alado de la otra, al montarse se habían dado la mano para darse apoyo, cosa que Akira noto, ella estaba sola, nadie le daba la mano a ella y eso le creo cierto miedo y desconfianza de sus amigas, con su marcha ella se estaba volviendo recelosa y desconfiada.

Subieron al barco con felicidad para Tara y Ryu, para ellas era algo nuevo pero para la princesa no, ella habia viajado con su padre en barco a otros sitios. Las chicas llevaron sus cosas al camarote real, acomodaron, limpiaron y colocaron el vestido que se pondria la princesa Akira para ver al emperador. Después de eso dejaron a la princesa descansar, se marcharon a su propio camarote para acomodarse ellas, compartirían camarote y eso las unía aun más en este viaje.

Las chicas acomodaron sus pertenencias pues el viaje duraría toda la noche, llegarían a su vista con el emperador al amanecer, Ryu y Tara decidieron salir fuera de los camarotes, la noche estaba cayendo y el atardecer en el mar las relajo.

Se apoyaron en el borde del barco en la barandilla de madera ruda y húmeda, admiraron el atardecer casi abrazadas, Tara se alegraba de vivir esto con Ryu, era su mayor apoyo.

Habia pensado muchas noches en contarle a Ryu lo sucedido con ella en Corea pero no parecía encontrar el momente adecuado, así que creyó que este era un buen momento.

_ Ryu quería contarte una cosa, desde hace mucho tiempo, no sabía cómo hacerlo, sólo quería que me apoyaras. _ Ryu le puso atención, Tara hizo una pausa. _ Yo conozco al emperador de Corea.

Ryu abrió los ojos de par en par.

_ ¿Cómo que conoces Rey?.

_ Veras, cuando mi madre estaba viva yo vivía en Corea, nací allí, mi padre era pescador y mi madre era florista, se encargaba de lo mismo que ahora mi padre hace aquí, ella murió cuando tenia dos años, la mejor amiga de madre me cuidaba, ayudaba en todo lo que necesitábamos, me llevaba con ella al castillo, que prácticamente me crie en ese lugar.

Tara sabia que sería la primera vez que rompía su promesa que hizo con su padre y con ella misma de contar lo que vio, Ryu estaba impactada pues nunca se podría a ver imaginado esta confesión.

_ Tuvimos que marcharnos de allí por algo que yo vi accidentalmente cuando ayudaba a los sirvientes, tenia ocho años, me habian mandadon a dejar una cesta de sabanas a una de las habitaciones pero me equivoque, entre en una donde nunca debí entrar.

Tara comenzó a llorar, Ryu la sujeto de los brazos, sentía ver a su amiga así.

_ Puedes confiar en mi, tranquila.

_ Por favor nadie mas puede saberlo.

Las dos se miraron con complicidad, sin saber que alguien mas las estaba escuchando.

Akira habia salido en busca de ellas y no las habia encontrado en su camarote, era la hora de su baño y la cena y nadie habia ido a atenderla, ellas eran sus doncellas y debían cuidarla como tal. Enfadada y recelosa escuchaba la conversación de ambas, creía que era igual de amiga con ellas pero veía que le tenían secretos y uno de esta magnitud mas.

No entendía porque le ocultaba esto, sabiendo que se lo encontraría allí, Akira pensaba que habia tenido algo mas allá con su futuro prometido pero no esperaba lo que iba a escuchar a continuación.

_ Encontré al emperador con una de las sirvientas, estaban desnudos.

Tara no dijo nada mas, daría por acho que Ryu sabia por donde iba, Ryu se tapo la boca con asombro, no se esperaba algo así. Akira que se escondía quedo asombrada también, no podía imaginar tal echo.

EL EMPERADOR ~ [KTH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora