La batalla de Asur

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Ella lo observaba sin saber que esperar, sabía que estaba molesto, pero aún así la había tratado con ternura. Durante el tiempo que había convivido con él , se había adueñado de su corazón a tal grado que el recuerdo del caballero que conoció en Uz quedaba en segundo lugar, pero se habia sentido muy herida al escuchar lo que él pensaba de ella.

—Cómo te dije, soy un sanador, me daré cuenta, si has concebido de ese engedro y no tendré piedad del fruto de tu vientre - la escudriñaba con la mirada, tratando de descifrar cada gesto-.

—¿Estás molesto?- preguntó quedito-

—Mucho, pero conmigo mismo. Quede como un tonto, me siento burlado. ¿Por que veniste?

—Debía pelear al lado de mi pueblo, ahora que mi padre no puede hacerlo. Debía ocupar su lugar. Nunca intentaste conocerme- bajó la mirada-

—Sin embargo el destino nos reunió. Eres mucho menor que yo, para mí eras una niña y... - después de hablar en tono irónico, sacudió la cabeza y con toda sinceridad le dijo- Perdón por lo que dije... fuiste muy valiente al venir. Aunque fue una imprudencia también. Por favor ve a Ofir con mi madre. Ella te puede instruir en las artes mágicas. - le hablaba dulcemente- iré por algo de sopa, debes alimentarte y descansar.

—Gracias, alteza.

—No agradezcas aún, porque tambien estoy molesto contigo. Pero no es el momento - ahora sonaba autoritario-

Candice no supo que pensar, ese hombre empezaba a exasperarla. Era muy difícil saber que estaba pensando. Aunque no se atrevía a decirlo, estaba feliz, era su esposo...su esposo ... Era tan atractivo, varonil y gentil... aparentaba menos edad de la que tenía o al menos ella no imaginaba que un hombre que le llevaba diez años de diferencia pudiera lucir así. ¿Por qué estaba molesto con ella?, no podía esperar más. Debían aclarar todo ahora.

Mientras la alimentaba, intercambiaban miradas llenas de mil y un sentimientos que no se atrevían a expresar.

—¿Por qué está molesto conmigo? - Candy decidió tomar la iniciativa - le he demostrado que soy leal a mi pueblo, a la unión y... A usted alteza.

—Flanny , es tu institutriz. ¿Te enseñó algún truco o maleficio para ganar el corazón de un hombre?

—¿Cómo se atreve a insinuar tal cosa?- eso sí que no se lo hiba a permitir, le lanzó la mirada más furiosa de su repertorio- ¿Quién se cree que es?, ¿con que derecho...?

—¡Con el derecho que me dar el ser tu esposo!, no sabes el infierno que viví...creí que estaba ena...- se lleva la mano a los rubios cabellos en señal de frustración- No tienes ni idea del temor que sentir de ir contra naturaleza, ¿fue divertido?,¿Qué encantamiento utilizaste?

—No. No le he mentido, falte a la mayoría de mis lecciones, preferí practicar con Tom y Jimmy...No hay encantamiento alguno.

—Bien, veamos.¿Estas lista? -tratando de cortar de tajo esa conversación-.

—Sí

Colocó sus manos con las palmas hacia abajo y avanzaba lentamente a lo largo del cuerpo de Candy, una luz blanca envolvió sus manos y una corriente cálida descendía dirigiéndose a cada golpe o herida de la joven, restaurando su piel al instante. Cuando terminó, Candice tenía sus ojos puestos en él.

—Nunca fueron necesarios los ungüentos, ¿cierto? - El le devolvió una sonrisa por respuesta que la hizo sonrojar- Y bien, ¿encontró algo que deba preocuparme?

—No, no hay nada de que preocuparse... Eres pura.
No debiste abandonar el área protegida del campamento- dijo casi en un hilo de voz - Pusiste tu vida en peligro.

EL CABALLERO DE NIMROD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora