No se cuando exactamente, ni me intereso en ello, pero recuerdo sabiamente el rostro que pronto se convertiría en la pesadilla de todo el pueblo. Una dulce joven de entre sus veinte y treinta años caminaba de la mano de una niña pequeña de cabellos casi azulados.
¿Qué? Eso fue lo primero que pensé. Era imposible ver a una niña con esos colores en la cabeza, pero ahí estaba una niña con estos. Algo en verdad peculiar.
Sus auras reflejaban la perdida que habían visto y vivido. No hace mucho había sido la conquista de los malnacidos que ahora llaman españoles y ellas se veían como víctimas de los peores terrores que pudieras encontrarte.
La mayor de ellas, con un esbelto cuerpo se acerco a uno de los vagabundos que luego se paseaban por allí, y al parecer trataba de acercarse para preguntar por algo. No lo sabía bien, estaban respectivamente lejos de mí.
Por andar de curioso mis ojos terminaron encontrándose con los de la joven mayor, fue cuando sentí un escalofrío. Con mis años de vida y con las distintas guerras que por mis ojos han pasado, podía distinguir a las almas buenas de las malas. Y, en definitiva, la que se cargaba esa niña no me daba una buena espina.
Aparte mi vista y me dispuse a adentrarme al bosque, cerca de la plazuela que apenas y daba esas vistas. El pueblo era menos que eso, no había tantas casa rodeando la plaza principal ni tanta gente vagando por ahí. Era menos que un pueblo y, aun así, las personas empezaban a llegar, como si de un refugio se tratara.
Dejé que pasaran los días y cuando creí tiempo suficiente volví a la plazuela. Encontraba consuelo en el lugar en donde vi por última vez a mi señora, mi amada esposa. No esperaba encontrarme con la joven que hace unos días había visto vendiendo quien sabe qué.
Me intrigo hasta el punto de ir y ver, acercarme y preguntar. La manta que traía venía llena de productos para comer como cosméticos que las mujeres y algunos hombres usarían para evadir los problemas que teníamos como personas que se vivían en una plazuela polvorienta.
"Me alegra que una jovencita como usted pueda seguir adelante con la situación en la que vivimos." Creí adecuado comenzar a platicar, pero vi que mis palabras no fueron bienvenidas.
Ella mostraba un gesto de disgusto que me aterró por completo. Ese rostro ni los malditos de los españoles con las atrocidades que habían hecho lo tenían en sus feas caras. Baje mi sombrero disculpándome en silencio y abandone ese lugar mientras podía.
Mi corazón no dejaba de atormentar mi pecho y yo siendo alguien que carece de tan buena salud, preferí buscar un lugar que me llenara de seguridad. Pero aun así la penetrante mirada seguía en mi nuca. Eso en verdad me asusto.
¿Quién era esa chica y que planeaba con esa sonrisa fingida ante las personas?
Ahora que lo pienso, fui en verdad un tonto que no veía en todos los ángulos posibles. Ahora que te narró a ti, lector, esta tragedia que al día de hoy sigue acechando a Xochimilco, pienso en todo lo que pude haber evitado como televidente.
No todo es lo que parece y en mi defensa, el rostro de esa jovencita en verdad me aterró, hasta el punto de ignorar el verdadero peligro que se avecinaba en un pueblo diminuto y sin cuidado alguno.
Perdónenme gente de Xochimilco, pero sus vidas ya se entrelazaron con el peligro desde que ambas jóvenes pusieron sus ojos en el pueblo.
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El secreto de la Llorona; op
Fanfic¿Quieres averiguar la verdadera historia de la Llorona? Ven, entra y disfruta. -Warnings: seamos honestos, obviamente es un AU de op; la historia de la Llorona me la saque de la manga, no vengo a decir que la "original" no lo es, es solo imaginació...