[Capítulo 9]

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La noche transcurrió de forma tranquila, los ojos del pequeño Omega brillaban como dos pequeñas estrellas, ambos sonreían mientras hablaban, las risas tampoco faltaron, todo el tiempo se mantuvieron el uno con el otro, sin despegarse, aprovechando y disfrutando del calor y olor del otro

Los suspiros del Omega resonaban cada cierto tiempo, estos después de un rato eran callados con pequeños besos sin un doble sentido, dulces y llenos de cariño

Al caer la noche el mayor llevó al oji-azul hasta su casa y fue en el auto cuando se despidieron con un pequeño beso.

Hoseok se limitó a sonreír, despidiéndose con la mirada y bajo del auto para luego entrar a la casa, mirando desde una ventana como el automovil de su mayor se alejaba por la calle

𝓟𝓻𝓸𝓯. 𝓙𝓮𝓸𝓷 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora