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Jooheon odiaba la violencia, su madre siempre le instruyo un gran sentido de justicia y responsabilidad sin violencia.

Pero Jooheon nunca supo que su madre me violentaba cada que podía, porque así lo protegía de que su madre lo maltratara.

Una vez mientras caminaba por los pasillos cerca de su habitación cuando él apenas había cumplido tres años vi a su madre alzando la mano para pegarle, yo corrí para ser yo quien recibiera el golpe.

-Pégame a mi, pero a él nunca le pongas un dedo encima-
-Es mi hijo-
-Recibiré toda tu descarga, así que porfavor, críalo como una madre cariñosa-

A ese punto ya no me lastimaba un poco más de maltrato y a comparación de lo que recibía por parte de mi padre y los profesores de la escuela, su maltrato eran como pequeños rasguños para mí y era feliz de poder proteger la sonrisa con margaritas de mi pequeño hermano, quería que creciera feliz y que se sintiera amado, porque su compañía era lo hacia que desaparecieran todas las oscuras sombras que me perseguían.

Le hice dos peticiones a su madre, la primera fue que hiciera de una cariñosa madre para Jooheon y la segunda que nunca se descargará conmigo en frente de él, yo quería que Jooheon nunca viera la violencia que su madre ejercía en mi.

Aún así para yo sobrevivir o al menos mantener un poco de estabilidad física y reservar la poca cordura mental que me quedaba, tenía que ejercer violencia, también para evitar muertes innecesarias, pero desafortunadamente para mí Jooheon fue testigo en una segunda ocasión de mí rechazando a alguien más.

Allí estaba yo estaba haciendo por segunda vez lo que nunca quise que pasara.

Mi hermano Jooheon siendo testigo de la violencia que yo ejercía en alguien más.

Está vez con un chico de tierna cara que estaba siendo persistente, yo traía un café hirviendo en la mano y en un ademán que hice para soltarme, el me jaloneo provocando que parte de mi café cayera en parte de su hombro, el resto en su brazo y mano, justo cuando Jooheon pasaba cerca.

-¿Estás bien?- Le preguntaba un Jooheon despavorido, al chico.
-Me quema- Gritaba el chico.
-Estarás bien, ¿Cómo te llamas?-.
-Im...Changkyun-.
-Estarás bien Changkyun, te llevaré a la enfermería-.

Y yo quede sólo, como estúpido, con mi mano quemada por el café pero mejor yo iría después a la enfermería.

Poco después en el lapso de tiempo que se hace para el intercambio de aula por cambio de materia, Jooheon me interceptó, me tomó del brazo y me arrastró a un salón desocupado.

-Fuiste demasiado lejos esta vez-.
-¿De qué hablas?-.
-No te hagas el estúpido, no tenías por que echarle café hirviendo, tus celos han llegado demasiado lejos-.

Aunque yo también me quemé.

-Voy a invitar a Changkyun a comer en la casa para que te disculpes con él-.
-Si hermano-.

Todo esto paso porque Naeun, la única mucama con la que tengo una buena relación, tomo vacaciones, ella me prepara siempre jugo para rechazar de manera cruel, derramando en la persona que sea demasiado persistente, el jugo es al tiempo.

Si fuera una bebida fría podría provocar un resfrío y si fuera una bebida caliente se quemaría, y si muchas veces termino sin mi único desayuno.

Hoy el cocinero de la escuela se divirtió preparándome un café extremadamente cargado, amargo e hirviendo, que de cualquier manera no planeaba beber, pero tampoco derramar en alguien.

Al finalizar las clases el chico que defendió mi hermano, vino a verme, esperando a que todos se fueran me acorraló a una mesa, pero para desgracia de el hoy era el turno de los profesores de uno en especial.

La puerta corrediza del salón se abrió dando presencia al Profesor Son Hyunwoo.

Y los profesores en este lugar son intocables y no se les puede contradecir nada, ¿Porque? No lo sé, pero si se que ellos conocen las reglas para no ser asesinados, no dejar marcas y no hablar con nadie al respecto, en el momento en que alguien vea las marcas y se lo reporte a mi padre investigará quién fue y lo asesinará o en el momento en que la o las personas que me tocaron divulguen que lo hicieron, llegará a oídos de mi padre y los asesinará.

Aún así el convenio con mis profesores es cómodo, ellos me dan una buena calificación y ellos consiguen lo que quieren de mi, un sencillo trueque sin molestias, donde creo que nadie pierde. Pero en estos casos me ayuda bastante que hagan acto de presencia.

Así se puede evitar que alguien sea asesinado por mi culpa.

-Joven Im Changkyun, puede retirarse, tengo asuntos que atender con el Joven Lee- Él rechisto pero las palabras de un profesor son absolutas y no se cuestionan.

Él chico se retiró lentamente dejándome a solas con el profesor Son.

***

A la semana siguiente mi hermano trajo a el chico que defendió de mi, a comer y disculparme con él.

Tome una actitud desagradable con tal de protegerme estuvo mal la manera en que lo hice pero ya no sabía que hacer...

Pero tal vez haya otra forma de solucionarlo, porque viendo, extrañamente el chico fue educado y tranquilo, tampoco trato de insinuárseme eso me tranquilizó bastante.

Me disculpé con él, enfrente de todos los presentes, y así el tiempo transcurrió sin nada inusual y todo terminó pacíficamente.

Cuando él se fue y Jooheon se fue a dormir fue el comienzo de mi pesadilla mi padre me arrastró a su recámara donde me recordaría el error que cometí de manera que nunca lo pudiera olvidar, después de haberme dado un severo sermón en forma de violencia sexual, vino a mi la madre de Jooheon a descargar sus celos, basados en el echo de que su preciado hijo trajera un chico a casa y recibiera mas atención que ella, la cual también me arrastró a su recámara de tortura.

Quedando ya tan exhausto ya no tenía ni fuerzas para levantarme e ir a mi habitación, cuando ya me estaba haciendo la idea de ir gateando o incluso arrastrarme a mi habitación, vino Jaehyun a mí, levantándome del piso, me cargó como un delicado bebé en sus brazos y me llevó a mi recámara, curó mis heridas en silencio con una crema especial designada únicamente para mi, las cicatrices eran curadas pero el dolor persistía, este no era retirado, era como si la dichosa crema fuera mero maquillaje porque aunque las heridas ya no existían seguían ardiendo y doliendo en mi piel aunque no se vieran, aún así con calma Jaehyun unto con paciencia la crema en mis heridas y terminando de ayudarme a vestir y arroparme, se fue.

Eso pasó hace dos meses, cuando Jaehyun todavía era mi guardaespaldas.

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⏰ Última actualización: Dec 28, 2022 ⏰

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