𝚁𝚎𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘 𝚍𝚎 𝙸𝚗𝚟𝚒𝚎𝚛𝚗𝚘

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Aquella mañana  de julio, cuando el sol ya estaba en lo alto y las aves cantaban sus tímidas canciones de invierno. Tus labios, tu sonrisa y esa caricia que se detuvo a mitad de mi espalda, fueron suficientes para traer sosiego a mi alma. 

Aquel mediodía de julio, cuando decidimos levantarnos a pesar del frío y  vi la hendidura de tus hoyuelos y el destello de tus dientes blancos, tu sonrisa se llevó cualquier  preocupación que perturbaba mi mente.

Ahora, cómo quisiera tenerte de nuevo, envuelto y moreno, entre mis brazos. Cómo quisiera que sea hoy aquella mañana, y que tu risa y la mía acompañen el piar alegre que se cuela entre las cortinas de esta habitación solitaria mientras nadie mira.

𝙴𝚏𝚎𝚌𝚝𝚘 𝙼𝚊𝚛𝚒𝚙𝚘𝚜𝚊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora