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-Kuchel debo decirte...algo...mi pequeño Eren...quiere casarse con un campesino-

Erwin que era el encargado de dormir a todos los visitantes dentro del castillo había escuchado las palabras de una adormilada Carla.

-¡¿Campesino?! Siga su majestad ¿Quién es el campesino?¿Dónde lo conoció?-

-Lo conoció...a ese muchacho-

-Vamos su alteza ¡¿Dónde?!-

-Una...vez en un...sueño- siendo éstas las últimas palabras de la somnolienta reina, Erwin abría los ojos como platos asombrado por la noticia.

-Una vez en un sueño...¡Levi y el principe Eren!-

Corriendo a toda prisa el rubio iba en búsqueda de sus amigos para darles la noticia de su nuevo descubrimiento, siendo así la sorpresa para todos.

No tardaron en atar las palabras de la reina y de Levi para saber que su próxima parada sería nuevamente aquella cabaña, ahora solitaria, que los había acogido durante años.

Por otro lado el príncipe cabalgaba por el espeso bosque silbando la canción que había cantado por primera vez junto a su precioso azabache. Una vez fuera del lugar bajó de un saltó para ir hacia la puerta principal.

Tocando ésta con una sonrisa en el rostro, pudo escuchar una voz proveniente del interior que le invitaba a pasar. Abriendo con elegancia se topó con un interior obscuro sacándole una mirada de extrañeza que no tardó en convertiste en una mueca de terror al sentirse amordazado y atado por una hábiles manos.

-Pero que sorpresa- decía la voz burlona de Nanaba mientras veía al príncipe sometido por Jean y Riko -La trampa la puse para un campesino y logré atrapar un príncipe, chicos llevarse a su alteza pero tratenlo con gran delicadeza-

Así entre forcejeos Eren era arrastrado fuera de la cabaña, mientras los tres que iba en su búsqueda estaban a menos de la mitad del camino lejos de encontrarlo.

-Creo que llegamos tarde, de nuevo-

-Nanaba parece estar siempre por delante de nosotros-

-Chicos hay que pensar ¿Dónde se lo podría haber llevado?-

-¡A la montaña prohibida!- decía Hange en un grito que había asustado a sus compañeros.

-Entonces marchemos de una vez, Levi depende de que nosotros rescatemos al príncipe-

En el castillo de Nanaba se podía ver al trío escabullirse por los musgosos pasillos evitando a los aliados de la rubia ceniza.

Después de un largo recorrido y de presenciar como los soldados comían y se emborrachan celebrando su victoria decidieron continuar con su búsqueda.


-Es una lastima que el príncipe Eren no pueda acompañarnos en la celebración ¿No es así Riko?-

-Asi lo creo-

-Vayamos al calabozo para alegrarlo un poco-

Con pasos lentos y delicados dignos de la realeza se dirigía a dónde ahora se encontraba el príncipe encadenado. Bajando largos escalones hasta las mazmorras siendo seguida sigilosamente por aquel trio de amigos.

-Oh príncipe Eren ¿Por qué la cara larga? Si estas destinado a ser el héroe de un cuento de hadas...solo mira aquí- con su báculo le permitía al príncipe ver todas aquellas visiones que ella poseía -El castillo de la reina Kuchel y en lo más alto de la torre soñando con su único y verdadero amor duerme el príncipe Levi ¿No es curioso príncipe? Dime algo ¿No es el mismo campesino que ayer conquistó vuestro corazón? Ahora veo porque te has enamorado si los dones han florecido cuál rosa en primavera... cabellos negros como la noche y dulces labios cuál durazno pero ¡Oh! Cien años para un corazón dormido son apenas un día mientras que para ti nuestro querido príncipe ni siquiera llegarás a ochenta de ellos-

El Príncipe DurmienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora