Capitulo 1

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DÍA "D"

Nunca contemplé que mi pequeña victoria de hoy se volvería pesadilla, y que a partir de este momento el verdadero capitulo de mi vida tendrá inicio. Debería tener más cuidado con lo que pido.

Recorro las calles que me llevan a mi casa en la zona alta de la ciudad, ya ni siquiera me molesto en mirar por las ventanas, ya conozco los edificios, plazas comerciales, supermercados y las colonias de mi alrededor, así que me limito a ir sentada en medio del asiento de atrás de la BMW que mi padre ha dejado para que me pueda trasladar, debo admitir que al principio me emocioné un poco al verla estacionada en la cochera, cuando recién nos instalábamos en la ciudad más poblada del país, un regalo decían, por cualquier motivo que no recuerdo, más bien era sólo una manera de distraerme del hecho de que volvíamos a mudarnos, después caí en cuenta; de qué sirve, si no puedo siquiera manejarla, es decir, podría pero no me lo permiten, es demasiado "peligroso", no sólo manejar sino también andar sola, mis padres lo último que quieren es empoderarme y que empiece a ir a lugares por mi cuenta.

Tal vez soy demasiado ingenua, ellos saben cosas que yo no, lo sé, pero es como si temieran a algo que desconozco, y lo más seguro es que inevitablemente después lo descubra y comparta los mismo temores que ellos, debido a esto que somos, yo no lo elegí, sin embargo cargo con ello como una maldición, y después de todo no estoy completamente segura de querer entenderlo, tendré mucho tiempo para hacerlo después, para ser precisos el resto de mi vida, ese es el deseo de los míos.

Hoy es otro día de sobre-pensar las cosas, me siento impotente, esta debería ser la mejor etapa de mi vida, la única que seguramente podré disfrutar, pero mi mente no hace más que deambular somnolienta, la vida no es como en mis lecturas, no hay ningún capítulo emocionante, siento que tengo un cuerpo que me llevaba de aquí para allá pero mi alma está apagada, me siento como una muñeca de porcelana que transportan de aquí a allá cada día.

Este año cumplo 18, lo que significaba que mi formación esta por iniciar. Para muchos es motivo de ilusión cumplir ésta edad y poder participar activamente en la Logia, para mi representa el día de mi sentencia, el día en que me empaquetarán como un juego de lego, como los que le regalaban a mi hermano cuando era más pequeño y así terminaré siendo armada pieza por pieza, quirúrgicamente por un instructivo.

Llevo año y medio esforzándome por hacerme amiga de la persona que conduce en este momento, una inversión muy lenta pues pedirle cualquier cosa que sea contra las instrucciones de mis padres es imposible, Arsené es como un gato, ni aunque le hable por su nombre me hace caso, este tipo que he aprendido a apreciar a pesar de nuestra nula comunicación simplemente me ignoraría por días, detesto que me aplique la ley del hielo, aunque el mensaje es claro todas las veces.

~No me pidas ese tipo de cosas sino tendré que ignorarte por mucho... mucho tiempo~.

Funciona como una especie de castigo, y eso es un lujo que no me puedo dar ya que mi lista de personas con las que puedo conversar es cada vez mas reducida, por no decir que no existe ni una pequeña lista como tal.

Mi única amiga está a un vuelo de distancia atravesando el país, desde que me transferí aquí, las llamadas se han ido haciendo más esporádicas y para rematar Khiara ha empezado a hablar con un chico de su escuela, mi anterior escuela, me encuentro arrabiada, no por el chico, sino por el silencio de mi amiga.

Me da miedo pedirlo pero ya no aguanto más, quiero ser todo menos yo misma en este momento.

—Me siento mal, necesito un café. —Digo decidida, tocándole el hombro a mi guardián desde el sillón de atrás.

Él sostiene el volante con ambas manos. Hace ademán de mirar el reloj digital para ver la hora pero sé que sólo es un acto.

—Ponte el cinturón, si nosotros chocar tu volar por la ventana. —Me ordena con el acento atractivo y peculiar de siempre.

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