rebecca

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De ti aprendí.

Aprendi, que cada una de tus palabras eran para enseñarme...

Que los gritos eran porque me equivocaba.

Que los golpes era para que aprendiera a moderar mis palabras, ya que lo mejor era que no se oyeran.

Que las humillaciones era porque las necesitaba, que debía aprender a ser "humilde" para que pensara que era basura y no me creyera mejor que nada.

Pero que tu amor era incondicional, tan incondicional que me estabas inculcando para 'no' ser maltratada.

Que todo era por mi bien.

Que las marcas que quedaban en mi piel, eran solo color.

Que todo era mi culpa, y que jamás harías algo para dañarme, así que no debia juzgarte.

Que tu amor era grande, era el que necesitaba, que eso debía buscar.

Porque mi único trabajo era ser la esclava de un hombre, de una familia, y que fuera una buena mujer, porqué tu apellido lo demandaba.

Que esto me pasaba por no nacer hombre, por hablar, por expresarme, por sentir, por creer que debía tener un puesto; cuando solo debía ser dedicada a una cosa...

Me enseñaste que todo el daño, era para ser una buena ama de casa.

Así que investigué y me fijé en otro como tú, que me propuso un amor igual al tuyo, que me hizo sentir todo lo que me enseñaste que era bueno para mí.
Lo acepté, y tú también lo hiciste con él, porqué "pensaba bien", pensaba igual que tú, tenían los mismo ideales y que con él me casaría, porque no podía ser una mal agradecida.

Así que gracias; papá, por enseñarme a ser sumisa, a ser "una verdadera mujer".
Una mujer muerta en vida.

El Vuelo De Una MariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora