𝑳𝒂 𝑪𝒖𝒂𝒓𝒕𝒂 𝑬𝒔𝒑𝒐𝒔𝒂 [ En Edicion]

[02]

Ambos hombres pasaron una tarde agradable paseando y comprando los comestibles en ese bonito y pintoresco pueblo, estar juntos siempre era un buen cambio en su ánimo, pero debido a sus deberes como pilares no podían estar mucho tiempo juntos por lo cual atesoraban los pequeños momentos que compartían. Hasta que los cuervos de ambos pilares llegaron a donde la pareja estaba sentada descansando para informarles de las nuevas misiones que se les habían encomendado, ambos con desgano se despidieron así cada uno tomando un camino diferente no sin antes darse un dulce beso de despedida el cual trasmitía todo el amor que se tenían.

Giyuu como tenía que ir a buscar unas cosas en la finca del sonido le dijo a Tengen que el llevaría las compras, además que el más alto tenía que irse de en ese instante a su misión debido a lo lejana que era la ubicación de esta. Tengen con resigno acepto y dándole las compras a su esposo, se fue no sin antes tirarle un beso a la distancia el cual hizo sonrojar a Giyuu, volteo los ojos ante las payasadas de su excéntrico marido.

Mientras caminaba a la casa que compartía con sus parejas no pudo evitar preguntarse como estarían los hermanos Kamado, esperaba que hubieran llegado a salvo a la casa de su maestro, tenía confianza de que ambos habían logrado encontrar a su maestro, pero su mente no pudo evitar preocuparse y comenzar a regañarse por dejarlos irse solos ¿y si les hubiera pasado algo durante el camino? ¿y si Nezuko se descontrolaba y ataca a su hermano? ¡¿y si los atacaba un demonio durante su camino sin posibilidad de pedir ayuda?!

Sacudió su cabeza alejando sus pensamientos los cuales se imaginaban los peores escenarios, debía de confiar en Tanjiro y de que todo estaría bien. Además, su esposa Hinatsuru le ha dicho que no tiene que dejarse llevar tanto por sus pensamientos negativos ya que esto le produce migraña, suspiro con resignación, tenía que llegar a su hogar para dejar las compras además de prepararse para su misión, con paso rápido Giyuu siguió su camino hasta llegar a la finca del sonido en donde fue recibido por los gritos de Suma y Makio y la voz de Hinatsuru tratando de que se calmaran.

Al entrar la vista que lo recibió fue de Makio y Suma tiradas en el piso peleando mientras a su lado Hinatsuru estaba tratando de calmarlas, Giyuu no pudo evitar negar con cansancio, no era nada raro que esas dos estén peleando sería raro si no lo estuvieran.

Quitándose las sandalias zōri las dejo en el genkan, dirigiéndose a la cocina dejo las compras y comenzó a guardar los comestibles ignorando completamente a sus esposas las cuales al escucharlo entrar dejaron lo que estaban haciendo y centraron toda su atención en su amado esposo el cual guardaba los comestibles que había traído mientras tarareaba una canción balanceando su cuerpo al ritmo de la canción, haciendo que las tres mujeres sonrieran con amor.

Amaban mucho a su Giyuu.

Hinatsuru se acercó a donde Giyuu estaba guardando algunas de las compras en las despensas de la cocina y rodeo con sus brazos la cintura de su esposo abrazándolo por detrás mientras escondía su rostro en su cuello y respiraba el delicioso aroma a mar, canela y un poco de vainilla. Giyuu no pudo evitar reírse al sentir un cosquilleo en su cuello.

— Jajajaja Hinatsuru basta, sabes que mi cuello es muy sensible. —Dijo entre risas Giyuu mientras trataba de alejar a Hinatsuru. La cual afianzo su agarre en la cintura de su esposo y comenzó a repartir besos ligeros en la glándula de olor del Omega haciendo que este comenzara a sonrojarse — Enserio Tsuru ya no quiero.

—Bien, bien, lo siento Yuu. — Hinatsuru soltó al nervioso omega no sin antes dejar un último beso el cual hizo estremecer a Giyuu — Tenia tiempo sin verte y no pude dejar pasar la oportunidad. —Dijo tranquilamente la beta mientras tomaba distancia de su sonrojado esposo, el cual solo hizo un puchero molesto.

Makio y Suma que veían la interacción de sus parejas no pudieron evitar reírse del adorable puchero de su esposo, ambas no podían negar que habían extrañado demasiado a su Giyuu, y que les había hecho falta su tranquila presencia, sabían que su deber como cazador era ir a misiones y matar a los demonios pero había momentos donde las tres mujeres ansiaban que sus esposos decidieran retirarse de esa vida para no tener que vivir con la preocupación constante de que en cualquier momento podrían perder a alguno de los dos, era un pensamiento recurrente en la mente de las tres kunoichis, por eso apreciaban estos momentos escasos con recelo guardándolos con gran aprecio en sus corazones.