—Oh...bueno,ya vas a saber dónde vamos Yūji,tranquilo—comenta el albino con una sonrisa juguetona
—...bueno—responde Yūji restándole importancia
Después de su pequeña conversación,el albino y el pelirosado siguieron su camino...aunque,después de media hora,el más jóven terminó cayendo en los brazos de Morfeo,más bien,en los brazos de Hypnos.
—Ijichi—llama Gojō
—¿Si?—pregunta sin apartar la vista de volante
—Ve por dónde ya sabés—responde y hace un ademán con la mano
—¿Ahí? ¿A la casa?—pregunta sorprendido
—Sí—responde
—¿Ya aviso a la señorita?—pregunta con su típico nerviosismo
—¿Avisar? No tengo nada que avisar—responde sin importancia
—Hmm...espero que un día de estos le de su merecido—murmura Ijichi
—¿Qué fue lo que dijiste?—pregunta Gojō acercándose a él
—Na-nada...se-seguro la señorita e-estará feliz de verlo—responde rápido y mira hacía adelante
—Hehe lo dudo mucho—responde y se ríe
—¿Por qué no lo estaría? Hace semanas que se fue,seguramente estará feliz de verlo de nuevo y sano...la señorita es una persona muy amable—comenta seguro Ijichi
—Contigo...porque conmigo,es un demonio—se queja
—No es cierto...bueno,aunque si hablo con la verdad...pasar tiempo contigo es estresante—dice Ijichi mirándolo con cara de cansancio
—¡Ha! Eso dolió Ijichi...ahora por eso,no voy a ir a las reuniones en todo el mes—responde en berrinche como niño de cinco años
—Haa—suspira—...de todas formas no se iba a presentar—refunfuña
Ambos adultos se quedaron el silencio...Ijichi pensado en que iba a decir cuando le pregunten porque Gojō no se presentaba a las reuniones,ya estaba estresado...y en cuanto a Gojō...gracias al comentario de Ijichi,se había llenado de dudas la cabeza...muy molesto para él,necesitaba respuestas,no preguntas.
—¿Será cierto Ijichi?—pregunta de la nada Gojō
—¿Eh? ¿Qué cosa?—pregunta confundido
—Que va a estar feliz—responde
—Oh,eso...bueno...¿Tanto le preocupa que piense?—pregunta con picardía
—Maldito pervertido—dice el albino
—Y lo dice el señor Gojō—comenta con sarcasmo
—¡Oye!—exclama molesto y sorprendido
—Se va a despertar Itadori—regaña Ijichi—...está bien,ya que tanto le preocupa,voy a responder a la pregunta—comenta
—Asi es mejor—dice el albino y sonríe
—Creo que la señorita si va a estar feliz...pero de qué lo diga abiertamente,eso no lo veo muy posible—dice Ijichi
—Hmm—responde Gojō
Se volvieron a quedar en silencio...pero,esa respuesta no era la que Gojō esperaba...la incertidumbre le estaba carcomiendo la cabeza.
—¿Será que estará feliz porque regrese?—piensa Gojō
(***)
—¿Lo vas a dejar ahí?—pregunta sorprendido Ijichi
—Sí ¿Por qué?—ladea la cabeza el albino
—¿¡Cómo que por qué!? ¿Sin preguntarle a la señorita? ¿Y si se molesta y quiere asesinarlo?—pregunta nervioso
—¿Como ella va a pensar en matarlo?—pregunta el albino incrédulo
—¿Cómo?...agh,es una persona desconocida,durmiendo en su sala,lo que una persona normal creería es que sería alguien que entró a robar—explica Ijichi
—Ella no es una persona normal—comenta
—Si,bueno es cierto...¡Pero! De todas formas la señorita tiene que saber—reclama
—Está bien,está bien...nose dónde está,pero le voy a dejar un mensaje ¿Contento Ijichi?—pregunta mientras escribe
—Es mejor que nada—responde
Después de dejar a Itadori,los dos salieron rápido de la residencia y se fueron a quien sabe dónde.
(***)
—¿Y esto?—piensa mirando al "niño"
Vaya sorpresa se llevó cuando fue a la sala...lo que parecía un "niño" estaba durmiendo sobre el sofá de su hogar...lo movió un poco,pero el "niño" no reaccionó para nada...estaba por sacarlo a la fuerza,cuando se dió cuenta de quién podría haber sido el que lo dejo ahí.
—Satoru—murmura la femenina
En eso,va a buscar su celular,en busca de alguna explicación de parte del albino...y como esperaba,ahí estaban sus mensajes.
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—¿Cuidarlo?—piensa y lo mira
Después de observarlo un rato,se decidió por irse a buscar una taza de café...esperaría al lado del "niño" hasta que despertará,para mínimo,presentarse como es debido.
—Oh ya te despertaste—comenta la femenina viendo al pelirosado sentado en el sofá
—¿Quién eres?—pregunta adormilado pero con amabilidad
—Eso debería preguntar yo,ya que estás en mi casa—responde la femenina
—¿Su casa?—se pregunta—...¿¡Su casa!?—grita el pelirosado mientras se levanta.
