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POV NARRADOR

Pasaron los meses y Mina y Chaeyong se volvieron más "Unidas", pasaban mucho tiempo juntas y Mina ya tenía una rutina creada especialmente para la pelinegra.

Los Sabados  Chaeyong iba a la casa de Mina sin falta a jugar con la nipona
Chaeyong no era muy fan de jugar con muñecos pues ya estaba bastante grande para eso pero cuando se trataba de Mina, Chaeyong creaba historias enteras para jugar con los pingüinos de la menor. Mina era la niña mas feliz del mundo y cada sábado esperaba impacientemente la llegada de su unnie, Mina se sentaba en la sala de su casa sacaba todos sus juguetes y se sentaba a esperar a su mayor,  la llenaba de emoción ver a la pelinegra hacer caras raras y  crear miles de historias para hacer vivir a sus pingüinos.

Chaeyong no lo quiso negar más, desde que accidentalmente rozaba sus dedos con los de la menor o cuando Mina le susurraba cosas en su oído (Mina había sumado la costumbre de secretearse con su mayor y muy a menudo le susurraba cosas a Chaeyong ) la pelinegra sabia que sentía cosas fuertes por Mina y que jamás nunca nadie le había hecho sentir de esa manera.

La pelinegra después de torturar tanto su mente llegó a la conclusión de que quizás sentía cierta "Atraccion" por su menor y claramente pensó que se le pasaría con el tiempo o simplemente era un capricho, pero ella justificaba sus acciones, y es que ¿Quien podía no sentir atracción por Mina?, Mina podría ser molesta y a veces irritante pero joder la nipona era hermosa y aún que Chaeyong no lo admitiera, que fuera a veces muy infantil le hacía explotar de ternura, claro eso Chaeyong jamás se lo diría pues según la coreana odiaba que su menor se comportara con una niña pequeña.

Y ahí estaban un sábado a las 5 de la tarde jugando con los pingüinos de Mina.

"Rawwwww... Rawwww". Rugió Chaeyong mientras movía el muñeco de forma amenazante sobre la cara de Mina.

"Unnie los pingüinos no hacen así." Chaeyong frunció el ceño, claro que ella sabia que los pingüinos no hacían así pero le gustaba molestar a la  menor.

"Claro que si Mina Rawww Rawww, por contradecirme este pinguino te va a comer." Mina frunció el ceño ¿Acaso su unnie era una idiota? Claro que los pingüinos no gruñen.

"Unnie que los pingüinos no gruñen y el pingüino tampoco me puede comer ¿acaso eres idiota?". Y si Mina sabia nuevas palabras gracias a sus "Nuevas amigas" del colegio que le dijeron que algunas palabrotas no eran tan malas y que se podían expresar también.

"Respeta a tu unnie Mina y por decirme idiota este pingüino te comerá." Y ahí supo Mina que su final llegaba vio los ojos de la pelinegra y en esos vio diversión y maldad y Mina sabia que clase de maldad era.

Y corrió, Mina corrió por toda la casa esto era una situación de vida o muerte, y Chaeyong  solo corría de tras de ella sosteniendo su pingüino  y gruñendo .

"RAWWW RAWW TE ATRAPARE"

Mina saltó por los sillones y casi se cae y  la pelinegra saltó detrás de ella, Mina se fue corriendo por el comedor y le tiró la silla encima a Chaeyong y la coreana se tropezó y se fue al suelo, esto le dio tiempo a Mina para correr a La Planta  de arriba y meterse en el baño, Mina estuvo ahí por 5 largos minutos, y cuando sintió que ya no escuchaba los gruñidos de  Chaeyong  pensó que la contraria se había rendido, abrió lentamente la puerta del baño y salió en puntitas abrió su habitación y no vio nada, bajo lentamente por las escaleras  y la pelinegra no estaba en la sala y supuso que estaba en la cocina y decidió ir a la sala.... Grabe error atrás de la pared estaba la coreana con una sonrisa maliciosa esperando a atrapar a su presa y cuando vio a su menor ir de puntitas a esconderse detrás del sillón gruñó de nuevo. "RAWWWW". Y se le lanzó a su presa. Mina brincó del susto y corrió a la sala como pudo pero Chaeyong ya la tenía dominada. La pelinegra tiró a la castaña a la alfombra de la sala se le subió a hocrajadas sobre las piernas y sujetó cada mano de la nipona a los lados de la cabeza.

Mi Tigre perezoso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora