Se acercó como un depredador a su presa.
Ósea a mí.
Decían que no pegaba a las chicas pero... Nadie se había metido con su moto hasta ahora.
Bueno si, una persona.
Patrick Finnegan.
Un escalofrío me recorrió la espalda al pensar en Patrick.
Dicen que tuvieron que coserle la oreja a la cabeza entre otras miles de cosas.
¡IBA A MORIR!
Estaba rezando un padre nuestro silenciosamente dentro de mi cabeza cuando Rhys se sentó en nuestra mesa, entre Cyntia y Hannah.
Tranquilamente cogió mi manzana y empezó a comérsela.
La calma antes de la tormenta.
- Largo.- dijo con toda la tranquilidad, nos levantamos de la mesa con nuestras bandejas.- tú no.
Me miraba fijamente.
Cyntia y Hannah me miraron con una disculpa en la cara y se fueron a la velocidad de la luz.
Me volví a sentar cuidadosamente y en alerta máxima.
Él siguió comiendo la manzana mientras miraba fijamente al cartel que estaba detrás de mi.
Era cruel alargar el momento, pero a pesar de ello no pude evitar fijarme en él.
Era absolutamente el chico más guapo que jamás había visto, bueno quitando a Sean O'Pry o a Matt Bomer.
Pero Matt no contaba porque era gay y estaba casado.
Y tan guapo como eran su cara, su motocicleta - más grande que yo misma- su actitud y por no decir sus tatuajes; él exudaba un miedo aterrador.
Y sobre los tatuajes me preguntaba porque nadie había visto con exactitud sus tatuajes, él sólo enseñaba uno.
Un águila, que le iba desde la cara interna de la muñeca izquierda hasta un poco menos del antebrazo.
Era hermosa e intimidante.
Aún que todo el mundo sabía que tenía casi todo su brazo izquierdo tatuado, nadie los había visto de cerca.
Tampoco tenía ninguna novia -ninguna novedad-, sólo algunos rollos de aquí te pillo aquí te mato.
La única chica que se había liado con él en el instituto era Sue Haffman, de mi clase de Física.
Según ella solamente lo hicieron y nada más terminar se largó de la casa de Sue.
No la llamó, ni siquiera le volvió a hablar.
Pero una no se acostaba con Rhys pensando una llamada al día siguiente, así que no fue una gran sorpresa para nadie.
Ni siquiera para Sue.
La cafetería seguía en silencio, sentía las miradas de todo el mundo en la nuca.
Era una sensación incómoda.
Cuando Rhys terminó la manzana, la tiró al cubo de basura dando de pleno.
Como lo haría con mi cara.
Después me miro fijamente y yo me imaginaba corriendo hasta la puerta.
- Joy Stewart, conduces un Saturn ¿cierto?.- Sólo pude asentir.- un Saturn que acaba de abollar mi posesión más preciada. Mi moto, Lucy.
- ¿Lucy? .- Cuando mi boca empezaba a ignorar a mi cabeza sólo me quedaba rezar para no morir.
- ¿Algún problema? .- dijo con su voz ronca y arqueando las cejas.
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Romeo Debe Morir.
Romance"Se que nunca me necesitarás como yo a ti. Pero soy lo suficientemente egoísta para no dejarte ir." Obra guardada en Safe Creative, ¡¡¡NO PLAGIOS!!! Código: 1404180614795 Licencia: Todos los derechos reservados.