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2016

Me desperté a causa de unas manos que movían mi cuerpo lentamente.

— Nayi, levantate que se te hace tarde para el colegio. — habló despacio.

Abrí mis ojos mientras bostezaba, al instante los cerré a causa del Sol que entraña por mi ventana.

— Dale que mamá esta preparando el desayuno, si no te levantás no alcanzás a comer algo.

— Ya voy Agus, bancame cinco minutos. — asintió saliendo de mi pieza.

Me levanté con toda la pereza posible, salí de mi pieza directamente al baño. No recordaba que ayer me quedé dormida con la misma ropa.

Lavé mi cara y mis dientes, busque mi uniforme y me lo coloque, mientras ataban mis cordones sentí entrar alguien.

— Hija, ¿Ya estás? — preguntó desde la puerta.

— Ya mamá, ahora bajo. — asintió.

Arreglé mi cabello un poco, para después aplicarme algún brillo labial.

Salí con mi mochila y celular en mano para dirigirme a la cocina, donde ya estaba mamá y Agus desayunando entre risas.

— ¿Desayunás con nosotros o preferís en el camino? — preguntó.

— No tengo hambre má.

— Tenés que comer algo Nay, no podes ir con el estómago vacío. — soltó preocupada.

— Me compro algo en el colegio, no te preocupés. — miré la hora en mi celular — Se me hace tarde, vamos Agus. — lo miré atentamente.

Agarró su mochila y dejó un delicado beso en la mejilla de mamá para despues tomar mi mano y salir de casa.

Tenía que dejar a Agus en su colegio antes de ir al mío, que realmente no estaba tan lejos. Era una distancia considerable .

— ¿Te sentís bien Nayi? — susurró mirando hacia arriba para encontrar mi rostro.

— Si nene, ¿por qué lo decís? — fruncí el ceño.

— No le diste un beso a mami y no desayunaste nada, encima no me diste los buenos días. — habló apenado.

Suspiré esquivando su mirada, él sabía que algo andaba mal. Sin embargo aparentaba que todo fuera a la perfección.

— Disculpá amor, no me sentía bien pero no estés triste que me pongo mal yo. — sonreí abrazando su pequeño cuerpo.

Era tan siquiera un nene de 5 años pero sabía tantas cosas y me conocía a la perfección como para darse cuenta que algo andaba mal.

Llegamos al colegio donde el menor tenía que entrar. Giró su cuerpo para abrazar el mío con tanta presión.

— ¿Qué pasa nene? — pregunté a su repentina acción.

— Te amo tanto Nayi. — susurró dejando un pequeño beso en mi mejilla.

Con tan solo cuatro palabras había logrado alegrar mi día por completo.

— Te amo mucho más enano, pero entrá que nos dejan afuera sino. — reí.

Se despidió moviendo su manito velozmente, sonreí lanzando un beso.

Seguí mi camino de largo apresurando mis pasos porque esta vez si llegaría tarde.

Pasé por las grandes puertas del colegio corriendo hasta llegar al aula de la profe de matemáticas, un dolor de cabeza.

— Tarde Pérez, algo raro en usted. — habló dejándome pasar.

Llegué al lugar donde solía sentarme siempre, a un lado de Mica.

— Es china profe, todo es raro en ella. — soltó Luz, una piba rompe bolas.

La mayoría de mis compañeros soltaron escandalosas risas por aquel comentario de mierda.

— Señorita López, guarde sus comentarios. — regañó callando a todos.

— Y Luz tiene razón profe, es china y sin padre. Nada puede ser normal en esa. — continuó Nadia, su mejor amiga y otra rompe bolas.

— Dejá de hacerte la canchera para encajar en la sociedad pelotuda, aprendé a sumar antes de abrir la boca y tirar comentarios de mierda, recordá que decir "sin padre" no es una ofensa, al contrario, ella le remó sola para tener lo que tiene ahora, en cambio vos que tus papis te dan todo en la mano, chetita de mierda y rubia hueca. — saltó Micaela para defenderme.

— Ya está Micaela, sentate por favor. — interrumpió la profe, para seguir dando la clase.

Todos volvieron a guardar silencio continuando la clase como si nada hubiese pasado hace minutos atrás.

— No tendrías que haber echo eso. — reclame susurrando para que la maestra no escuchara.

— Se hace la capa esa mina boluda, sólo intenta quedar bien con los demás pero lo que no sabe es que sólo hace el ridículo con esa voz de pito que tiene. — rodó los ojos excusando.

— Dejala que diga lo que quiera, me chupa los dos huevos y la mitad del otro.

— No te da igual lo que diga y lo sabés, te afecta porque sos humano y a todos nos duele porque tenemos sentimientos. — explicó.

Sabía que tenía demasiada razón pero no quería que Micaela se metiera en problemas solamente por defenderme de una mina.

Decidí guardar silencio el resto de la clase, realmente mi mente ahora estaba completamente en otro mundo que no sea la clase de matemáticas.

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⏰ Última actualización: Oct 14 ⏰

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